“La vida está hecha de teclas blancas y negras”
El célebre intérprete chino toca esta noche en el Teatro Colón. Cuenta que en su país de origen los niños aprenden música desde pequeños y que eso ha permitido que él fuera el artista que es hoy.
Lang Lang tiene 34 años y ya ha tocado en los teatros más impor tantes del mundo, solo y junto a afamados directores de orquesta. Nacido en Shenyang, República Popular China, comenzó a tocar el piano a los tres años, y no paró. En su país, trasciende los ámbitos artísticos académicos, y se calcula que la popularidad de su figura es la responsable de que nuevas generaciones se hayan acercado a la música clásica.
En 2012 y 2014 ya estuvo en el Teatro Colón y hoy regresa para hacer un programa, con él como única presencia, integrado por Las estaciones, de Piotr Ilich Chaikovski, el Concerto italiano, de Johann Sebastian Bach, y cuatro scherzos de Frédéric Chopin. La excepcionalidad y brevedad de su visita podrá ser parcialmente suplida, para quienes no pudieran asistir a la velada de este 13 de agosto a las 20, por la posibilidad de verla y escucharla en vivo por streaming en www.teatrocolon.org.ar. Pero antes de ello, el joven prodigio brindó esta entrevista para PERFIL.
—¿Por qué comenzaste tempranamente a tocar el piano?, ¿qué recuerdas del tiempo de tus primeras lecciones?
—Mi padre fue mi primer maestro de música. Fui educado desde que era muy joven. No me acuerdo bien de mi primera clase, pero disfrutar de la música junto a mi familia es lo que más feliz me hace en la vida.
—Para convertirse en un gran pianista, ¿es esencial comenzar a los tres años?
—Sí: soy el mejor ejemplo de ello.
—¿Qué importancia tiene el piano en China en la actualidad: hay muchas academias?
—Los niños chinos estudian diferentes instrumentos musicales desde pequeños, y es por eso que trabajé con Faber Music para publicar El método de piano Lang Lang, una serie de libros para enseñar a los niños a tocar el piano de manera simple, fácil y con alegría [cinco cuadernillos aparecidos en marzo de 2016, contiene caricaturas de Lang Lang donde se
lo ve co- mo una suerte de elegante superhéroe].
—Luego de una carrera tan consagrada, ¿consideras necesario seguir estudiando?, ¿estudias solo o con un maestro?
—Sí, por supuesto es necesario seguir estudiando. Entre otros maestros, tengo a Gary Graffman [el famoso norteamericano, activo a sus 88 años] y a otros grandes pianistas.
—Tu repertorio incluye obras mayormente de autores europeos. ¿Has sentido alguna vez una distancia frente a la cultura de tu país de origen?
—Por supuesto que crecí y recibí la educación musical básica en China, tanto por parte de mi familia como de la escuela, pero las herramientas que me permitieron avanzar en mis aprendizajes me llegaron cuando fui a la universidad, en los Estados Unidos. Es por ello que puedo entender a la vez las culturas musicales de Oriente y de Occidente.
—¿Qué es el piano en tu vida?
—El piano es la mayor parte de mi vida, y la vida también se parece al piano. Las teclas blancas representan la felicidad; las negras muestran la tristeza. Pero a medida que vas avanzando en el camino de la vida, te das cuenta de que las teclas negras también hacen la música.