Una propuesta con muchas pretensiones
El actor estrenó
El territorio del poder,
abordando a autores muy disímiles.
El territorio del poder es una propuesta casi performática, ya que no tiene una estructura rígida sino que son posibles los cambios durante la escena. Confluyen varios lenguajes con intensidad: palabra, música e imagen. Los autores seleccionados por Sbaraglia van desde fragmentos de Elías Canetti, Michael Foucault ( Vigilar y castigar), Ugo Cerletti, un testimonio del libro Nunca más hasta el subcomandante Marcos.
Se descubre en Sbaraglia a un muy buen intérprete musical, lo que no tiene de gran caudal de voz lo entrega en fuerza y marcación de intención. La única objeción que se le puede hacer a este espectáculo es que cree muy poco en la fuerza de los textos que ha elegido. Las imágenes que se proyectan armadas como video y elegidas por Fernando Tarrés son excesivamente ilustrativas.
Resultan innecesarias escenas como la de los campos de concentración. El cuerpo y la voz de Sbaraglia conducen por esas oscuridades. Sus matices, sus tonos, así como sus manos y brazos son los mejores acompañantes hacia ese terror que se descubre. Intérpretes entregados cada uno a su arte, con sus maravillosas y afinadas herramientas de trabajo, son suficientes para conmover y hacer reflexionar. Siempre en el arte menos es más. Una lección para aprender.