El Irán de Rohani hace pie en Latinoamérica
Su canciller visitó esta semana seis países de la región. Estuvo en los “bolivarianos”, pero también en Chile. Tras el acuerdo nuclear con Occidente, Teherán busca estrechar alianzas como parte de su estrategia de reinserción global.
Con una frenética gira de su canciller por seis países de Latinoamérica, el gobierno de Irán inauguró esta semana un nuevo capítulo del relanzamiento de sus relaciones exteriores. Luego de la firma del acuerdo nuclear con las potencias occidentales y el levantamiento de las sanciones financieras y comerciales que pesaban sobre la economía iraní, Teherán busca consolidar una nueva forma de insertarse en la escena internacional, para la que el fortalecimiento de sus vínculos con el llamado “Tercer Mundo” latinoamericano tiene una importancia no menor.
Por mandato del presidente Hassan Rohani, el canciller Mohammad Javad Zarif estuvo en los últimos seis días en Cuba, Nicaragua, Ecuador y Chile. Ayer arribó a Bolivia y luego visitará Venezuela. Llegó acompañado por una comitiva de 120 empresarios y comerciantes en busca de oportunidades de inversión y cooperación para la industria iraní, especialmente la petrolera, que puja por recuperar su potencial luego de varios años de penar por las sanciones internacionales.
En círculos diplomáticos llamó la atención el hecho de que la gira de Zarif incluyera Chile, el único de los países visitados que no forma parte del eje bolivariano, tradicional aliado del régimen de los ayatolás. El canciller chileno, Heraldo Muñoz, admitió anteayer que “hay áreas donde los dos países tenemos diferencias, como en materia de derechos humanos y minorías sexuales”, aunque sostuvo que “la diplomacia es diálogo” y destacó que “en tan solo un año, desde que se levantaron las sanciones contra Irán, su comercio con Chile creció más de un 200%”.
En el relato del gobierno iraní, la “cooperación SurSur” aparece como el motivo principal del interés de Teherán por Latinoamérica. “La independencia política y la potencialidad económica de los países latinoamericanos los convierte en socios ideales para Irán –dijo a PERFIL el profesor Mohammad Marandi, catedrático de la Universidad de Teherán y comentarista político favorable al gobierno de Rohani–. La cooperación entre ambos contribuye a un mayor equilibrio en la comunidad internacional, en la medida en que contrarresta las ambiciones hegemónicas de las potencias occidentales y favorece la autonomía real de los pueblos”. Jugador global. En opinión del profesor Meir Litvak, director del Centro de Estudios Iraníes de la Universidad de Tel Aviv, “mostrarse activo en Latinoamérica es funcional a la autopercepción de Irán como un jugador global, y no sólo como una potencia de Medio Oriente”. Al mismo tiempo, la gira de Zarif y otras iniciativas similares son un mensaje para los Estados Unidos: según Litvak, “del mismo modo que Washington juega un rol protagónico en Medio Oriente, Teherán quiere demostrar que es capaz de cumplir un papel similar en el antiguo ‘patio trasero’ de los Estados Unidos”.
La economía también pesa: ante los bajos precios internacionales del petróleo, la coordinación con otra potencia hidrocarburífera como Venezuela resulta crucial para Irán. Al mismo tiempo, a los ojos de los empresarios iraníes, Latinoamérica aparece como un potencial mercado para industrias que hoy no son competitivas en Europa o Asia. Ese apremio por “volver al mundo” explica buena parte de la promocionada gira del canciller Zarif.