Dividir o reinar
Massa y Cambiemos necesitan al PJ sin unión y no separar a la quinta provincia.
Como una visión revelada al resto del arco político antes que a ella misma, Verónica Magario proveyó a Cambiemos, el Frente Renovador y el FAP la herramienta de la que carecían para insistir con un proyecto ambicioso pero en contradicción con los intereses inmediatos de María Eugenia Vidal y Sergio Massa: la división del partido de La Matanza.
La intendenta ofició de guía para salir del laberinto al que habían ingresado los aliados en la Legislatura bonaerense al poner en debate ese proyecto. La llave a la puerta de fuga fue la últi- ma frase de la entrevista del 3 de septiembre en el diario La Nación: “Preguntémosle a la gente si quiere la división”.
Lo que precipitó el timbreo de legisladores y el pedido de audiencia efectuado en la mesa de entradas del municipio por Manuel Mosca a Magario. Al vicepresidente de la Cámara de Diputados lo alcanza el aura de su esposa, Gladys González, promotora de la detención de Omar “El caballo” Suárez desde la intervención del Sindicato Obrero Marítimos Unidos (SOMU). González es la dirigente del PRO que disputa con Jorge Ferraresi, responsable en el Conurbano de la distribución y franquicia del instituto Patria. El intendente de Avellaneda y Suárez tienen en común la estrecha relación que los liga a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner en la presidencia. Revuelo sobre el distrito más grande del país que rectificó la prescindencia inicial de Massa en La Matanza, con la que temió perjudicar sus antecedentes. En 2015 se impuso a Cambiemos por casi 15 puntos en el segundo y el tercer cordón, los más empobrecidos. Con la consulta a los vecinos de pantalla, el líder del Frente Renovador intensifica el diálogo secreto con los intendentes del grupo Fénix, a los que acaba de incorporarse Magario, inquieta por resolver dos prioridades: marcar distancia con la ex presidenta pero en especial con Martín Insaurralde. El fastidio por el protagonismo del intendente de Lomas de Zamora en el grupo Esmeralda acerca a Gustavo Menéndez, Leonardo Nardini y Ariel Zujarchuk. En la visión de Massa, los de Merlo, Malvinas Argentinas y Escobar deberían fortalecer un triunfo imprescindible en la primera sección electoral en 2017 para aspirar a ser presidente dos años después. Urgencia de votos más visible en la tercera sección, donde carecen de una expresión que los arrastre. Con esa necesidad especula Magario. De cubrirla, aspira a ser reconocida como la heroína que preservó la unidad territorial de La Matanza. Tributo que exigiría para tomar parte en la gesta, además de ser consolidada como contrafigura de Vidal, a quien desea suceder. Lo mismo Insaurralde, cuya indefinición exaspera a Massa. Mitología. Pero el renacimiento asociado a la mitología del Antiguo Testamento tiene otros inconvenientes. El principal es que Massa está persuadido de que esa posibilidad está atada a la división del peronismo. Lo mismo que el respaldo al grupo Esmeralda que habrá desde el gobierno de Cambiemos, con la intención de profundizarla.
Los dos grupos de intendentes resisten la conducción de Cristina y la inclusión de Daniel Scioli en cualquier plan electoral, complicados por la reticencia de Florencio Randazzo: los inquieta la probabilidad de que la ex presidenta compita como candidata a senadora en Santa Cruz y no tengan más remedio que acudir al ex gobernador en Buenos Aires. ¿Acicateados por Cambiemos?
El clima de sospecha sobre eventuales movimientos de este tipo penetra las propias filas del Gobierno e involucra a Joaquín de la Torre. Para algunos oficialistas, es llamativa la demora en cumplir el anuncio efectuado al asumir como ministro de la Producción: el alejamiento de María José Tedeschi del bloque del Frente Renovador en Diputados.
Quienes defienden la permanencia se la atribuyen a un respaldo implícito a Jorge Sarghini. El presidente de la Cámara deberá ceder el lugar a Mosca a fin de año. Aunque es menos seguro que ocupe el cargo que ahora ocupa su segundo. Massa analiza la conveniencia de reemplazar al economista, cuya gestión y antecedentes son reconocidos por la gobernadora pero también por el presidente Mauricio Macri. En el medio, De la Torre cultiva un perfil bajo. Dificultad. No es la única dificultad que el grupo Fénix podría acarrear a Massa. El auge de la intervención del Poder Judicial en la política puede ser otra. Menéndez debe enfrentar juicio oral y público en una denuncia por defraudación a Loterías y Casinos bonaerense. La Anses acaba de presentar una contra Nardini por el irregular manejo del Plan Progresar en la delegación Malvinas Argentinas que ocupó hasta ser electo intendente.
Inhibición a mostrarse en público y limitar el contacto a intercambio de mensajes a través de personas de confianza de la que se siente eximido Sujarchuk: suele visitarlo en la oficina en Torre de las Naciones de Tigre. La Matanza podría plantearle su propia complejidad. Pertenece a la decena, de 135 municipios, que no utiliza el software del Rafam, el control online del gobierno bonaerense para transparentar gastos municipales.
Aunque no sólo eso. Son al menos 1.200 los expedientes ingresados en el Concejo Deliberante por empresas e industrias que tramitan una habilitación municipal definitiva para la actividad que desarrollan. La oposición a Magario atribuye a un proceso vidrioso la demora en entregarlas en la Comisión de Industria y Comercio, que preside el oficialista Miguel Bampini, estrechamente ligado a Raúl, padre de la intendenta y secretario de Medio Ambiente en la gestión de Fernando Espinoza.
Es uno de los argumentos de Margarita Stolbizer para apurar la división de La Matanza a través del diputado provincial Marcelo “Oso” Díaz. Elisa Carrió es la dificultad casi insalvable de la líder del FAP bonaerense para sumarse a la alianza Cambiemos. Lo que la deposita, de momento, más cerca de una con Massa, expuesto a su propia disyuntiva: evitar la preconización que le exige Stolbizer o lograr asociarse con Magario para que emule, en su versión, a Juana de Arco.
La Matanza no utiliza el software online del gobierno bonaerense para controlar gastos