Retrato de una artista vigente en el corazón
GILDA: NO ME ARREPIENTO DE ESTE AMOR Dirección: Lorena Muñoz Guión: Lorena Muñoz y Tamara Viñes Intérpretes: Natalia Oreiro, Angela Torres, Javier Drolas, Lautaro Delgado, Susana Pampín, Roly Serrano, Daniel Melingo y Daniel Valenzuela Origen: Argentina, Uruguay (2016) Duración: 118’
En 2003, Lorena Muñoz filmó la vida de Ada Falcón, y Gilda… es su primera biopic de ficción, basada en la vida real de un mito, la cantante Gilda, cuyo nombre verdadero fue Myriam Alejandra Bianchi, quien perdió la vida el 7 de septiembre de 1996 en la Ruta 12, camino a Chajarí, Entre Ríos.
Quizá por provenir de un género como el documental, Muñoz se tomó el trabajo de ser muy minuciosa en su retrato de esa mujer que se metió en la música tropical por convicción y desafiando las convenciones de la mafia bailantera, que prefería a las pulposas como Lía Crucet y no a una mujer flaca, que era maestra jardinera y vivía en un barrio como Devoto.
Natalia Oreiro es Gilda, pero a su manera, con su propio estilo, dramatismo, seducción y espontaneidad. Lo inesperado es cómo la directora le fue armando escena tras escena hasta hacer crecer al persona- je como artista y como mujer decidida a luchar por su vocación.
No sabemos si todo lo que se cuenta fue así, como por ejemplo el muy ingrato papel del marido, que nunca la comprendió y la encaró con un machismo exacerbado, que alentó aún más a Gilda (bautizada así por un empresario bailantero) para seguir con su “Tengo el corazón valiente”.
A Muñoz se le admira su extrema minuciosidad en los detalles, en la ambientación, en diseñar cada escena como única: sintética y significativa a la vez en la vida de la protagonista. Su vocación de documentalista hizo que todo fuera verosímil.
Lo cierto es que el recorrido por esta Gilda-Oreiro despierta admiración. Un siempre admirable Lautaro Delgado hace de ese marido esquivo y poco comprensivo. Con iguales méritos se impone Roly Serrano, el empresario, y Javier Drolas, el mánager. Quizás haya que reprocharle a Muñoz no haberles regalado a los fans cuatro o cinco temas más cantados por Oreiro para redondear la personalidad de esa Gilda, vigente en el corazón del pueblo.