Sexo, drogas, adulterio, travestismo y aliens
THE ROCKY HORROR SHOW Autor: Richard O’Brien Dirección: Andie Say Elenco: Roberto Peloni, Melania Lenoir, Walter Bruno, Sofía Rangone, Ignacio Pérez Cortes, Maia Contreras, Mica Pérez Méndez, Federico Coates Dirección vocal: Lorenzo Guggenheim Coreografía: Alejandro Lavallen Adaptación, libro y letras: Marcelo Kotliar Vestuario: Javier Ponzio Escenografía: Ana Díaz Taibo Iluminación: Rebello Producción: Estanislao Otero Valdez, Nicolás Dal Farra, Victoria Saud Funciones: Teatro Maipo Esmeralda 443 Martes a las 21 Martín
The Rocky Horror Show es una obra escrita por Richard O’Brien que se estrenó por primera vez el 19 de junio de 1973 en el Royal Court Theatre de Londres, y hoy se encuentra en cartel en Buenos Aires en el Teatro Maipo.
La historia narrada por el criminólogo cuenta los sucesos que le ocurren a una joven pareja conformada por Brad Majors y Janet Weiss cuando pinchan una rueda del auto en medio de una noche de tormenta y buscan refugio en la mansión del Dr. Frank-NFurter, un exótico científico travesti, que está por presentar su más importante creación: Rocky. A partir de entonces, los personajes atravesarán un sinfín de hechos insólitos.
Las actuaciones, en general, son muy buenas. Roberto Peloni, en el personaje principal, construye al Dr. Frank-NFurter con sobrada precisión, lo que permite ver una buena interpretación y gran sintonía con sus compañeros. Melania Lenoir se luce con soltura en su papel de Magenta, y conforma una divertida dupla con Federico Coates en su personaje de Riff Raff. Cabe destacar la calidad vocal y actoral de Walter Bruno y de Sofía Rangone; ambos construyen una pareja caricaturesca y acertada. La participación de Aníbal Pachano, como el narrador, le otorga cierto plus a la propuesta.
La puesta en escena es buena. La escenografía, diseñada por A na Díaz Taibo, es adecuada y logra una buena relación con el vestuario de Javier Ponzio y con el exquisito maquillaje de Santiago Castro. Vale la pena destacar las coreografías diseñadas por Alejandro Lavallen.
The Rocky Horror Show no es una obra para cualquiera. La pieza tiene ese no sé qué que hace odiarla o amarla, y es imposible ubicarse en un término medio. Sexo, drogas, adulterio, travestismo, aliens y otras temáticas se entrelazan a lo largo de toda la función y ubican al espectador en un mar de sensaciones que navegan entre la incomodidad y el pudor o la sensación de libertinaje absoluto.
Vale la pena mencionar la buena iniciativa de proveer una serie de indicaciones para que el público participe a lo largo de la función; la interacción que se genera permite crear un ambiente propicio para el desarrollo de la obra.
La dirección es de Andie Say, quien debuta en dicho rol con un buen resultado.
The Rocky Horror Show es una puesta desafiante, que quiebra todos los límites, y está dirigida hacia un target específico. Si el mundo de la ciencia ficción te parece un plomo, y si temas como las drogas, el sexo y el travestismo te incomodan, mejor elegí otra obra.