Una selfie, dos mil intendentes y poco más
Macri convocó al diálogo a jefes comunales de todo el país, en su mayoría peronistas. Desde la oposición reclamaron avances concretos y alertaron sobre la situación social.
Hubo coincidencia entre el rédito político esperado y el obtenido. El secreto del éxito fue que las expectativas no eran demasiado altas. El Gobierno quería dar una señal de unidad y federalismo, a pesar de las diferencias, y a la pasadita también hacer un guiño de poder: lo consiguió sobradamente al reunir a casi dos mil intendentes de todo el país en Tecnópolis.
Los mandatarios asistieron a pedido del presidente Mauricio Macri, con mínimas esperanzas de irse con alguna recompensa concreta de obras o fondos para sus municipios. Y el Gobierno no los sorprendió. Por fuera de la agenda más protocolar, hubo encuentros inusuales de pasillo, rosca entre intendentes peronistas y algunas quejas en voz baja. Presencias. “Después de muchos años, hay un gobierno que quiere trabajar codo a codo con cada gobernador e intendente sin importar los colores políticos”, afirmó Macri, pasadas las 9 de la mañana. Parado en el escenario del microestadio techado de Tecnópolis, el Presidente apostó nuevamente a contrastar con el ciclo de Cristina Kirchner. Lo escuchaban 1.872 intendentes, según el registro oficial, de los cuales alrededor de la mitad llegó a su cargo junto a la boleta de Daniel Scioli.
En la primera fila de la inmensa carpa, iluminada con focos violetas, se sentaron los representantes de los municipios más populosos, como los peronistas Verónica Magario (La Matanza) y Mario Ishii (José C. Paz). A pocos metros se sentó el porteño Horacio Rodríguez Larreta, mezclado entre el gabinete macrista y cerca de Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Alejandro Granados (Ezeiza).
Con saco y sin corbata, muy sonriente en el arranque de su breve discurso, Macri pidió un país “con menos monólogo y más diálogo, con menos enfrentamientos y más consensos”. A su vez, alimentó la versión de un incipiente veranito: “La economía empieza a recuperarse y viene una época de expansión para el país”, opinó. Rosca. Minutos antes del speech macrista, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dio la bienvenida. Usual inter- locutor de los intendentes en la Rosada, también se jactó de la apertura PRO. Tras los discursos, llegaron las conclusiones. Los integrantes de las distintas tribus –como el Grupo Esmeralda y el Fénix– pasillearon y compartieron cafecitos. “Me pareció positivo juntar a todos, pero vinimos a buscar avances concretos que esperemos se puedan explicitar”, se quejó con sutileza el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez. “Acá nos sacamos la foto. Reconozco que nos escuchan y reciben, pero después de diez meses la situación social es complicada”, dijo por su lado el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis. Ambos tuvieron después una reunión aparte con Frigerio para analizar el futuro de la Federación Argentina de Municipios. Además de críticas al rumbo económico, uno de los principales reclamos es que se descentralice en los municipios los fondos y las obras.