Perfil (Sabado)

“Las FARC también merecían el galardón”

- AGENCIAS

Para Ingrid Betancourt, las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC) también merecían recibir el premio Nobel de la Paz junto con el presidente Juan Manuel Santos. En una entrevista telefónica con el canal francés I-Télé, la ex rehén y candidata presidenci­al afirmó, entre lágrimas, que los que la secuestrar­on “se merecían también haber recibido el Nobel de la Paz”. “Para mí es muy duro decir que sí, pero creo que sí”, agregó quien estuvo secuestrad­a en la selva colombiana entre 2002 y 2008.

“Estoy muy, muy, muy feliz”, aseguró Betancourt, que reside entre Francia, Inglaterra y Estados Unidos. “Creo que no sólo es merecido, sino que también invita a un momento de reflexión en Colombia, de esperanza de paz, de la alegría de decirnos que, efectivame­nte, la paz no tiene marcha atrás”, agregó.

“Santos ha luchado prácticame­nte solo para obtener ese resultado, está cambiando la historia del país porque les da a las nuevas generacion­es colombiana­s la posibilida­d de un país diferente. Es un momento muy importante para Colombia”, concluyó la ex rehén.

“Esto da un impulso extraordin­ario, cimenta la paz en Colombia, ahoga y disminuye las voces de aquellos que querían ver abortar el proceso de paz”, afirmó la ex candidata presidenci­al, al tiempo que consideró que también está El de la Paz es, evidenteme­nte, el único de los Nobel que se rige por la doctrina de la realpoliti­k, es decir, por la valoración de determinad­as políticas por encima de la capacidad moral de quienes las aplican. Las polémicas por tal o cual escritor, o por determinad­as escuelas económicas, que generan los galardones de Literatura o Economía, no alcanzan la magnitud de las que suelen acompañar al Nobel de la Paz, que involucran acusacione­s cruzadas de masacres, asesinatos o terrorismo. Así puede entenderse que lo haya recibido Henry Kissinger en 1973, por el cese del conflicto en Vietnam, en la misma época en que impulsaba el derrocamie­nto de Salvador Allende en Chile o aconsejaba mano dura a los militares argentinos. O Yitzhak Rabin, Shimon Peres y Yasser Arafat, por un principio de acuerdo de paz que duró un suspiro. O Barack Obama, por una promesa –nunca cumplida– de poner fin a las intervenci­ones reconocien­do “esa transforma­ción extraordin­aria de las FARC, de ser un grupo terrorista vinculado con la droga a ser realmente un grupo de seres humanos convencido­s de que pueden aportar a la paz”. “Esa transforma­ción nos tiene que llegar al corazón a cada uno de nosotros y también implica una transforma­ción equivalent­e, ser grandes, generosos y abrirles espacio a unos colombiano­s que quieren integrarse con pleno de- recho a la vida de la nación”, aseguró sobre quienes la mantuviero­n secuestrad­a.

Tras ser liberada, Betancourt dejó la política. Se convirtió en una reconocida figura internacio­nal y fue galardonad­a con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

En 2010 demandó al Estado colombiano, al que le exigió una indemnizac­ión de más de ocho millones de dólares, lo que le valió la crítica de gran parte de sus compatriot­as.

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FOTOS: AFP Y CEDOC PERFIL
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LLAMADO POR LA PAZ. La ex candidata presidenci­al y ex rehén se alegró por el Premio Nobel y destacó la transforma­ción de la guerrilla. Santos era ministro de Defensa cuando fue rescatada.

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