Presidente de Filipinas desafía a EE.UU.: “que la CIA me derroque”
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, desafió ayer a la CIA a intentar derrocarlo y prometió más asesinatos en una campaña contra el narcotráfico muy criticada por los países occidentales, pero que le ha asegurado una aprobación casi unánime entre sus compatriotas.
“¿Quieren derrocarme? ¿Quieren usar a la CIA? Adela nte”, d ijo Duterte en un discurso en su ciudad natal de Davao, en el que acusó a Barack Obama y a otros líderes occidentales de querer sacarlo del poder, en el que cumplió cien días.
Por su parte, el ministro de Defensa, Delfín Lorenzana, advirtió que los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Filipinas, como los que están actualmente en curso, podrían desaparecer, y sugirió que Manila se acercará más a Moscú y Beijing. Guerra a las drogas. El presidente advirtió que no se dejará intimidar y que su campaña contra las drogas, por el que un promedio de 33 personas son asesinadas cada día, no terminará.
En septiembre, Duterte ya había acusado a la CIA de conspirar para asesinarlo, sin dar más detalles.
Por otro lado, el presidente también criticó a un columnista de un periódico local, quien advirtió que podría formarse un movimiento ciudadano para derrocarlo, como sucedió con el dictador Ferdinand Marcos, en 1986.
“Adelante. Me importa una mierda”, dijo Duterte. ¿Seré derrocado? Bien. El destino depara muchas cosas. Si muero, eso será parte de mi destino. Los presidentes son asesinados”. Aprobación. Duterte fue elegido tras haber prometido en campaña que erradicaría las drogas ilegales asesinando a decenas de miles de personas.
Desde que llegó al cargo, el 30 de junio, la policía ha matado a 1.523 personas y otras 1.838 han muerto a manos de grupos parapoliciales, según datos oficiales.
Duterte insiste en que la policía sólo mata en defensa propia y que los asesinatos sin explicar se deben principalmente a ajustes de cuentas entre bandas.
Según las encuestas, los filipinos aprueban casi de forma unánime los cien primeros días de Duterte.