El ya no tan extraño mundo de Burton
MISS PEREGRINE Y LOS NIÑOS PECULIARES Título original: Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children Dirección: Tim Burton Guión: Jane Goldman, basada en la novela de Ransom Riggs Intérpretes: Eva Green, Asa Butterfield, Ella Purnell, Samuel L. Jackson, Judi Dench, Rupert Everett y Chris O’Dowd. Origen: Estados Unidos (2016) Duración: 127’
Nadie descubre absolutamente nada al decir que el universo visual de Tim Burton ha devenido maldición, estilo y terreno minado de imitadores. Lo extraño es que Burton mismo parece no tanto anémico de sí mismo sino fenicio de su propio mundo: no se le pide la revolución, especialmente en una historia como la de Miss Peregrine y los niños peculiares, que parece diseñada genéticamente en el laboratorio del doctor Burton. Pero quizá sería atento si existiera una actualización.
Si J.J. Abrams pudo entender que la clave de Star Wars estaba en su sensación de maravilla física, ¿no es un poco perezoso de parte de Burton creer que su alma de relato sin sentido, con corazón, que odia a la clase media americana y con imágenes de libro infantil enamorado no necesita reaccionar frente al cine que hoy pictóricamente todo lo puede?
Aquí todo lo que enamora de Burton está: la vida-maqueta agredida y lo extraño ahí, siempre listo para enamorar; pero duele su narrativa, como si Burton incluso en homenajes sentidos (los esqueletos vivientes) pareciera no poder contar con lucidez (o al menos decidirse a ser sinceramente esa mezcla entre relato literario gráfico y cine que hoy parece ser). Miss Peregrine… no es tanto la repetición de Burton: es su reposera.
Puede que haya corazón, pero hay una idea pomposa de que incluso imágenes preciosas deberían funcionar más allá de su alma o un sentido físico del cine. Burton no se convirtió en su negación: se convirtió en alguien que vive de vacaciones en su propia isla, llena de un mundo que algunos creen es particular y devino ADN de una nueva generación de sensibilidades. Negar eso es como negar una bomba.