“Se corre el riesgo de violar el marco legal vigente”
Desde el CELS, Grupo Convergencia XXI y el Ilsed se sostiene que, al desdibujarse el límite de competencias de los militares, se abre la puerta a acciones en materia de política interior.
Desde que la alianza Cambiemos asumió el gobierno, la política de defensa se ha caracterizado por la confluencia de tres ejes.
Por un lado, se tomaron decisiones orientadas a debilitar o transgredir el principio de demarcación entre los ámbitos de la seguridad y la defensa y a ampliar las funciones de las Fuerzas Armadas. Esta asignación de tareas se realiza, además, por vías administrativas o por decretos, es decir, sin debate político ni público.
En segundo lugar, otro conjunto de medidas y decisiones debilitó la conducción civil de las Fuerzas Armadas y amplió, por lo tanto, su margen de autonomía, vulnerando así uno de los pilares fundamentales del sistema político argentino.
En tercer lugar, el Presidente y otros funcionarios, al mismo tiempo que promueven la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interior, sostienen discursos que de manera explícita o ambigua desdibujan sus responsabilidades en el terrorismo de Estado o plantean que los militares han sido excesivamente castigados por la sociedad argentina y que ya es tiempo de que recuperen el lugar que les ha sido negado. Rupturas, En este contexto, es necesario remarcar que:
El regreso de las Fuerzas Armadas a misiones de seguridad interna viola el marco legal vigente y rompe el acuerdo multipartidario que le dio origen.
La participación de las Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad interna las somete a una profunda desprofesionalización, genera condiciones para una mayor intervención política y trae aparejadas graves violaciones a los derechos humanos y degradación institucional, como surge de la experiencia comparada con otros países.
Las políticas que favorecen el desentendimiento de las autoridades civiles del gobierno político de la defensa conducen a lógicas de autonomía militar que afectan la institucionalidad democrática y son muy difíciles de revertir.
La Argentina debe profesionalizar a las Fuerzas Armadas en la defensa contra agresiones externas de otros Estados, tal