LOS DE AFUERA NO SON DE PALO
CUATRO ENTRENADORES DE SELECCIONADOS NACIONALES SE REFIRIERON A LA CRISIS DEL EQUIPO DE BAUZA. LA VISION SOBRE EL PATON Y COMO SALIR DEL BLOQUEO MENTAL.
Hay dos conceptos que se repiten en cada voz, en cada opinión: tranquilidad y estado de ánimo. Porque para los técnicos que dirigen a las selecciones argentinas en otros deportes, las causas y consecuencias de la crisis del equipo de fútbol nacional pueden encontrarse ahí: en la cabeza, que incide de manera directa en el juego y en el resultado, y en el nivel de histeria –generado por periodistas, por hinchas y hasta por los mismos futbolistas– que envuelve a esta generación “angustiada” (Di María dixit).
“El problema de estos jugadores es que están pensando más en cumplir con la gente que en jugar por el placer. Y cuando la presión es más grande que el placer por jugar, el arco se vuelve más chico y los nervios se intensifican”, analiza Gabriel Minadeo, el entrenador de Las Leonas.
Algo de lo que dice Minadeo reconoció Sergio Agüero después de la derrota contra Paraguay, el último martes en una Córdoba enfurecida, que despidió a la Selección, después de muchísimo tiempo, con una silbatina general. El Kun, que erró el penal y después erró un mano a mano luego de una jugada exquisita, contó que la presión existe desde antes de empezar a jugar: “La cabeza, como a todos, te liquida. En la entrada en calor uno sentía eso”, dijo.
Sergio Hernández, el entrenador del seleccionado de básquet, entiende a Agüero y entiende a Di María, los dos más cuestionados, pero enfatiza que en el deporte de alta competencia, la cabeza –o el ánimo– nunca debe prevalecer por sobre la cuestión técnica. Y si eso sucede, para bien o para mal, algo está fallando. “Suena duro, pero en ese nivel, el deportista no debe sentir ni pensar. Debe ejecutar un plan, y agregarle, por supuesto, su talento y su virtuosidad –teoriza Hernández–. En algún punto tiene que ser como un cirujano, que cuando tiene que operar, no siente presión: tiene una técnica y un conocimiento previo, y se focaliza en lo que debe hacer. No piensa ni siente, ejecuta”. Aprender a esperar. Después de un casting que se pareció más a un reality show que a una búsqueda acorde a la importancia del puesto, Edgardo Bauza asumió como técnico de la Selección el 5 de agosto.