Pura poesía visual, sonora y verbal
Interpretación musical: Tata Cedrón, Miguel Praino, Josefina García, Miguel López y Daniel Frascoli Interpretación coreográfica: Andrea Manso Hoffman, Aurora Lubiz, Sabrina Castaño, Patricia Herrera, Florencia Garesio, Sabrina Salvatore, Florencia Curatella, Carolina Viturro, Federico Santucho, Marcelo Demarchi, Julián Gutiérrez, Gastón Gatti, Julio Maidán y Claudio Fleischer. Iluminación: Alberto Lemme Coreografía, vestuario y dirección: Andrea Castelli Funciones: sábados 19 y 26 de noviembre a las 20 Teatro El Popular (Chile 2080)
En Arrabal salvaje hay dos cabezas, dos protagonistas. Por un lado, está el gran compositor y músico Juan Carlos “Tata” Cedrón; por otro, la coreógrafa Andrea Castelli. Lo atractivo de la propuesta radica en la potencia creativa de cada una de estas partes, reunidas bajo una idea de la propia Castelli, quien toma emblemáticos temas del repertorio de Cedrón –con su guitarra, charango y voz en vivo, junto al cuarteto de Miguel Praino (violín), Miguel López (bandoneón), Daniel Frascoli (guitarrón) y Josefina García (cello)– y los cruza con escenas actuadas y danzadas sin pretender ilustrar las palabras. De hecho, el título del espectáculo –de una letra de Celedonio Flores– no responde a la atmósfera, más bien melancólica, por momentos risueña, en la que la trayectoria biográfica e ideológica de Cedrón deja sentir un cosmopolitismo alejado de un color local orillero. Sí hay un vínculo desde el vestuario, con estéticas decorosas de los años 40 y 50. Pero lejos de todo show de tango for export, es austero, no sin colores y cortes que realzan el talle de las mujeres que, por otra parte, son seis, dos más que la cantidad de hombres, lo que permite combinaciones coreográficas dispares. Más que las parejas se luce el grupo, en dinámicas sencillas y distribuciones en las que se destacan figuras precisas, como rondas o diagonales, donde los intérpretes encadenan sus movimientos. Su prolijo manejo del tango danza no les impide lucirse en sus vetas actorales, ni en determinados momentos incorporar una fusión con danzas folklóricas. En la Canción del San Jamás, en la que Cedrón musicaliza un poema de Bertolt Brecht, aparece un enérgico zapateo gauchesco que acompaña bien la furia del texto y el fraseo, entre contenido y explosivo, que se percibe en el modo de cantar. Y en Pampa del Chañar los bailarines salen a revolear pañuelos.
En medio, textos de grandes escritores argentinos: Oliverio Girondo, Juan Gelman. De Javier Villafañe se escucha: “La otra noche me dijiste:/ ‘Venite a dormir conmigo’/ Y nos pasamos la noche/ más despiertos que dormidos”. Y de Raúl González Tuñón y de Roberto Arlt toman fragmentos que son una invitación a un paraíso compartido, ese breve lapso lleno de ilusiones. Este pequeño refugio es acogedor por una puesta en práctica grupal de poesía visual, sonora y verbal.