Y LA TIERRA A 480 kilómetros de Denver se encuentra un centro de esquí desconocido para los argentinos. Más económico que Aspen, ofrece pistas para chicos, snowboardistas y visitantes experimentados.
El purgatorio es frío y blanco, al menos en Colorado. Purgatory –es decir, “purgatorio”– es una pequeña estación de esquí en el suroeste de ese estado norteamericano. La somnolienta estación de esquí está situada en medio de las escarpadas montañas de San Juan. Si bien no es gigante como Aspen o Vail, Purgatory está lejos de los grandes centros de aglomeración, a sólo 480 km de Denver y sin masas de turistas. Alrededor de la estación, en el valle, hay escuelas de esquí, guarderías, tiendas y hoteles. La estación de esquí está dividida en tres sectores. Para los niños que aprenden a esquiar está la suave pendiente Columbine. Es tranquilo y solitario. En el Front Side, directamente arriba del pueblo, hay cinco áreas para snowboardistas y pendientes con diferentes niveles de dificultad. Muchas ondulaciones naturales atraviesan el terreno. Al otro lado de una empinada cresta hay pistas para profesionales. El Back Side es una pendiente con muchas pistas quebradas. Todas las pistas están trazadas, en medio de un bosque. Los abetos rojos están demasiado juntos como para zigzaguear con seguridad. Por esta razón, se serrucharon algunos árboles para el tree skiing. Purgatory es también el nombre del arroyo que serpentea por el valle. Dicen que el nombre tiene que ver con una expedición de conquistadores españoles que desapareció en esta región a finales del siglo XVIII y que, al no haber recibido una sepultura digna, quedaron atrapados
en el purgatorio.