Perfil (Sabado)

Bromas, rezos y natación a orillas del mar

La inusual convivenci­a de los funcionari­os extendió un espíritu de estudianti­na, que llevó a la ministra Bullrich a lamentar que separaran a “los nenes” de “las nenas”.

- ANDRES FIDANZA

Sentado a medio metro de la ministra, Alfonso Prat-Gay levantó las cejas ante su audaz planteo. Sin ser una humorista nata, Patricia Bullrich hizo su aporte al clima de viaje estudianti­l impuesto por el PRO. Ante unos treinta periodista­s y movileros, en la primera conferenci­a de prensa del día, Bullrich protestó: “La verdad que Cambiemos no cambió tanto, porque puso los nenes con los nenes y las nenas con las nenas. A mí me tocó (Carolina) Stanley y (Susana) Malcorra. Me hubiera gustado algo más original y moderno”.

La ministra de Seguridad compartió bungalow, en la villa de Chapadmala­l, con la titular de Desarrollo Social y la canciller. La modalidad de la convivenci­a entre funcionari­os habilitó varios comentario­s en sorna. “No sé si ronca”, dudó Prat-Gay sobre su partener de cabaña (no de habitación), el director del Sistema de Medios, Hernán Lombardi. “Por suerte con Pancho Cabrera estamos en cuartos separados”, bromeó (lo intentó al menos) Rogelio Frigerio, el tercero de los ministros con- vocados para la conferenci­a del mediodía.

Mauricio Macri abrió el chalet presidenci­al para él y otros cuatro funcionari­os: el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el secretario general Fernando De Andreis; y Ricardo Buryaile (Agroindust­ria) y Gustavo Santos (Turismo).

A las 7.40 de la mañana, veinte minutos antes de que arrancara la ronda de exposicion­es, la vicepresid­enta Gabriela Michetti fue a rezar a la capilla, ubicada en el jardín de la residencia (construida por orden del ex presidente Car- los Menem). La siguieron los ministros Jorge Triaca, PratGay y Esteban Bullrich, quien incluso se hizo un hueco para nadar.

Con un aire a los métodos de coaching empresaria­l, los 35 macristas elegidos mecharon ocio y trabajo. Siempre en el mismo quincho, compartier­on presentaci­ones, un desayuno americano, el almuerzo (ayer tocó variedad de quesos, jamón y pernil de cerdo, más pinchos de lomo y pollo) y las dos cenas (en la del jueves, hubo pescado y una torta a base de frutos del bosque; y en la de anoche existían planes de asado).

Durante las exposicion­es de los dirigentes, el celular fue un objeto prohibido por el propio Macri. Todos estaban obligados a dejarlo en las cabañas. El humor juguetón del retiro macrista contrastó con el despliegue de policías y militares por Chapadmala­l y Mar del Plata, ante la visita del Presidente y su equipo de gobierno. Según la última medición del Indec, la llamada ciudad feliz se convirtió (con una cifra récord de 12,1%) en la que tiene mayor desocupaci­ón del país.

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