La reacción opositora despertó como nunca el enojo presidencial
Desde la sanción de la ley antidespidos que no se enojaba así con los legisladores opositores. Pero esta vez fue distinto: aunque sabía que podría llegar a unir el PJ, Mauricio Macri se enfureció con Sergio Massa. Incluso aseguran que volvió a llamarlo “ventajista”.
En rigor, los asesores del presidente Mauricio Macri habían diagnosticado otro desenlace: que se cayera la sesión sobre Ganancias por falta de acuerdo, pero nunca una foto del peronismo unido.
El lunes pasado, en la reunión de la mesa de coordinación, Macri fue claro con Emilio Monzó, titular de la Cámara de Diputados: no estaba dispuesto a incrementar el déficit, con lo cual el margen de negociación con Massa era exiguo. “Pensábamos que el duro era Alfonso (Prat-Gay) pero en realidad era Mauricio”, admite ante PERFIL uno de los diputados oficialistas.
Ese lunes, Monzó se sentó con el líder del Frente Renovador. Le expuso los límites dentro de los que estaba dispuesto a negociar. Massa escuchó y no acordó nada. Prefirió irse de la reunión en el primer piso de la Cámara baja sin una negociación encaminada. El diputado y asesor económico, Marco Lavagna, aseguraba que no habría un aumento del costo fiscal para el Gobierno.
Ya con la media sanción, el Presidente se dispuso, al menos, a ganar la disputa en los medios: salió a criticar como nunca a la oposición, y lo mismo hizo su jefe de Gabinete, Marcos Peña. Todo acordado: dejar pegado a Massa con el kirchnerismo. “Lo viejo”, como enseñó a decir Jaime Duran Barba. El tema Ganancias dio en el corazón de la estrategia del Gobierno para bajar la inflación: el déficit fiscal.
La evaluación que realizaban en Casa Rosada en estas horas supone que el Frente Renova- dor quizá comience a cosechar voluntades del Frente para la Victoria. Pero creen que Massa no podrá mostrarse como parte de un peronismo que incluya el kirchnerismo duro. “Es lo único que tranquilizaba a Mauricio: que Sergio aparezca pegado a los K”, dejaba traslucir un funcionario con despacho propio en el primer piso de la Rosada. En este marco, volvió a sobre- volar la discusión que abrió Monzó en una entrevista con este diario: ¿es conveniente abrir el Gobierno a actores del PJ? ¿Falta política? “Estamos igual que en 2008, cuando nos hicimos cargo de la Ciudad, al otro año hicimos una elección mediocre y recién en 2010 llegó Monzó y se empezó a hacer política”, confía otra fuente parlamentaria.