Bolivia atribuyó la tragedia de Chapecoense a un ‘negociado’
Según el vicepresidente García Linera, el avión de Lamia volaba por la “negligencia de funcionarios intermedios” del Estado.
El vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, afirmó ayer que un “negociado de funcionarios intermedios” permitió las operaciones de la aerolínea boliviana Lamia, cuyo avión protagonizó la semana pasada la tragedia de Chapecoense, en la que murieron 71 personas cerca de Medellín. En declaraciones al diario La Razón de aquel país, el vicepresidente agregó que esos funcionarios de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) jamás comunicaron al gobierno la decisión de dar autorizaciones a esa aerolínea porque sabían que esa decisión sería rechazada.
García Linera calificó los permisos concedidos a la empresa como un “acto de negligencia, de desconocimiento de las normas y de un manejo arbitrario de la capacidad de- cisional del Estado” que “debe ser castigado con la cárcel, sin proteger ni perdonar a nadie”.
Como informó PERFIL, el director general de Lamia, Gustavo Vargas, fue piloto presidencial de Evo Morales y su hijo, Gustavo Steven Vargas Villegas, era uno de los funcionario de la DGAC que debía controlar a la compañía. Vargas Villegas fue desplazado la semana pasada de su cargo, luego de que se conociera que Lamia había obtenido un permiso “indefinido” para volar, pese a ser una compañía fundada en 2015 y contar con un sólo avión.
Según la Fiscalía General de Bolivia, Gustavo Vargas solicitó en 2014 el permiso para importar el avión AVRO RJ 85, que fue concedido por su hijo, Director del Registro Aeronáutico Nacional de DGAC.
“Los funcionarios usaron sus cargos para negocios per- sonales y eso es un delito que ha dado lugar a un crimen”, agregó el funcionario del Ejecutivo boliviano. García Linera también dijo que ni él ni el presidente Morales sabían que existía una cuarta aerolínea en el país, cuyo mercado de transporte aéreo está dominado por la empresa estatal BOA y por otras dos empresas privadas pequeñas. Sin embargo, el mandatario boliviano viajó el mes pasado a la Amazonia en la aeronave de Lamia.
La empresa, de origen venezolano, comenzó a operar en Bolivia en julio de 2015, tras obtener un “Certificado de Explotador de Servicios Aéreos” para realizar vuelos chárter nacionales e internacionales, con la firma de un jefe interino de la DGAC, el general Edgar Pereyra.