Celular: un nuevo órgano
Si bien no está pegado al organismo, el dispositivo móvil participa de la anatomía. No sólo de los individuos, sino también de lo social. El autor analiza las implicancias biológicas y para el conocimiento de esta realidad y propone estrategias para su us
La medicina y la salud tienen como principal centro de atención el funcionamiento del cuerpo humano y sus órganos. Organos que en forma silenciosa y continua nos ayudan, acompañan y dan vida. De ellos depende nuestra existencia y bienestar. La medicina los trata de preservar y curar y con sus avances nos han traído progresos que llegan hasta el transplante y reemplazo de los mismos ante situaciones críticas.
Quizás la más grande revolución originada en la denominada sociedad del conocimiento se puede sintetizar y representar en forma simbólica con la aparición de un “nuevo órgano” que si bien no se incorpora físicamente al organismo sí pasa a ser un elemento que luce indivisible y para la mayoría de los seres humanos como imprescindible. En cierta forma estamos en presencia del mayor “transplante” vivido colectivamente por la sociedad.
Esta aparición es el nuevo rey del universo, “el móvil o celular”. Comenzó llamándose teléfono, pero hoy sus funciones y aplicaciones trascienden muchísimos usos que se incrementan día a día. Su denominación fue sutilmente migrando y hoy los denominamos “smartphones”. Tienen muchas funciones y aplicaciones como filmadora, biblioteca, medio de pagos, archivo, entretenimiento en variadas dimensiones, medio de comunicación de voz, datos y contenidos, etc., etc.
Muchos lo consideran una gran droga adictiva, acompaña las 24 horas del día, su pérdida es sufrida como un drama grave y la dependencia se convierte en una característica irreversible. Es fácil ilustrar esto al asistir a cualquier restaurante, espectáculo o encuentro social. Participa en los almuerzos de la familia, se activa después de cualquier ate- USARLO BIEN HOY, PORQUE MAÑANA ES DEMASIADO TARDE