Kusturica: últimas escenas del film sobre Pepe Mujica
“¿En qué otro lugar podés ver a un presidente que sale de la oficina y la gente se vuelve loca expresándole amor? No tengo ni idea. Tengo 60 años y nunca he visto algo así. Fue como estar con un rockstar”, decía Emir Kusturica en una rueda de prensa que dio durante las grabaciones de El último héroe, la película sobre el ex presidente uruguayo José Mujica cuyas últimas imágenes terminó de rodar hace un par de semanas en Montevideo. Y para el director serbio es un film, no un documental. Un detalle que él mismo le aclaró incluso al protagonista de la cinta. “Yo no soy un documentalista, usted va a tener que actuar”, dicen que le advirtió Kusturica antes de comenzar el proyecto.
Si la percepción del espectador es más de película que de documental o si Mujica acató la advertencia de Kusturica o no recién se podrá observar en mayo de este año, ya que la idea del director y de los productores es estrenar El último... en el Festival de Cannes.
Aún no se conocen siquiera fragmentos de las 845 horas de grabación que Kusturica tiene registradas, según comentó en un reportaje a una agencia de noticias de su país. En ese material crudo sí se sabe que hay imágenes del discurso de Mujica ante Naciones Unidas, en Nueva York; también de encuentros con los presidentes de Perú y Colombia, o con el multimillonario George Soros, además de viajes compartidos en helicóptero y en el ya mítico Fusca –o escabarajo– por algunos lugares de Uruguay. Guión. Hasta lo que se sabe por ahora de El último..., el film comienza cuando Mujica deja la presidencia y a partir de ahí la historia vuelve hacia atrás en el tiempo. Las últimas escenas, al menos de filmación; eran las de la inauguración de la Escuela Agraria Rincón del Cerro, en la chacra donde vive Mujica. Sin embargo parece que Kusturica también se sumó unos días a la recorrida que Mujica hizo por ciudades de su país para agradecer a quienes apoyaron su gestión y su partido.
Para Kusturica, el ex presidente uruguayo es “lo que antes denominaban héroe de la antigüedad. (...) En este furioso capitalismo liberal en que todo llega a ser mercancía, ese hombre –que integró el grupo guerrillero Tupamaros y estuvo 13 años preso– no quería ser mercancía y quedó hombre, y aceptó con religiosidad que no hay que derrochar el tiempo sino vivir la vida.”