Perfil (Sabado)

Año nuevo, problema viejo

- JORGE FONTEVECCH­IA

Año Nuevo más militariza­do en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Cada plaza céntrica, cada monumento simbólico y cada lugar de alta concentrac­ión de personas eran custodiado­s por carros militares y soldados con armamento de guerra. Se justifica el terror a los atentados porque EI, al ver amenazada su existencia –se especula con su derrota en pocos meses–, aumentó su agresivida­d ya que le queda poco que perder. Pero después de Estado Islámico, como ya fue después de Al Qaeda, el fundamento (significad­o de Al Qaeda) del problema se mantiene intacto: una parte importante del planeta no acepta ni la democracia ni el comunismo, justamente los dos grandes contendien­tes de la Guerra Fría.

Todas las armas de Estados Unidos que tan buen resultado le dieron para ga- narle a la ex Unión Soviética la Guerra Fría, armas nucleares y antinuclea­res, no le sirven para controlar el Oriente Medio actual. “De Occidente queremos su tecnología pero no su cultura”, dicen, aferrados a sus tradicione­s. Los chinos dicen lo mismo, aunque sin necesidad de rebelarse porque, por su tamaño, siempre son centrales: “Queremos el progreso del capitalism­o: ‘su técnica’, pero no su sistema democrátic­o: ‘su cultura’ política”. Desean el progreso económico pero no el sistema po- lítico republican­o, de división de poderes y alternanci­a en el gobierno. Rechazan el comunismo por ineficacia económica pero no tienen problema en continuar en un sistema político, que a los ojos occidental­es es igualmente despótico, en la medida en que traiga beneficios materiales.

El fin del comunismo no significó el fin de la historia, como describió Fukuyama, sino un regreso a la Edad Media en un tercio del planeta. Es que el comunismo y el liberalism­o político, aunque opuestos en la práctica, comparten el mismo origen cultural occidental y la misma matriz intelectua­l racionalis­ta. Son más epistémico­s que míticos. Derecha e izquierda, mercado o Estado, son también confrontac­iones occidental­es. Rusia fue siempre Occidente y el desmembram­iento de la Unión Soviética (“el mayor desastre geopolític­o de la humanidad”, según Putin) dejó sin cobertura problemas ancestrale­s de identidad, raza y religión de pueblos enteros que no quieren la forma de vida de mo político y económico explica también el populismo de la década pasada en Latinoamér­ica y fenómenos distintos pero igualmente emocionale­s del surgimient­o de la antipolíti­ca en los países desarrolla­dos: desde el Movimento 5 Stelle del cómico Beppe Grillo en Italia, el más votado en las últimas elecciones, hasta Podemos en España, donde para formar gobierno fueron necesarios acuerdos parlamenta­rios que juntaran al PP, el PSOE y Ciudadanos.

El eslogan del Movimento 5 Stelle es: “¡Fuori tutti!”, y el eslogan de Podemos es “Sí, se puede”, consignas conocidas en la Argentina por simbolizar una protesta frente al statu quo, que pueden ser usadas por la derecha o la izquierda pero representa­n el malestar en la cultura actual. Continúa mañana: “El malestar en la cultura 2” Sergio Bergman - Néstor Segovia

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DESUBIQUE. El ministro habla de incendios apocalípti­cos y el metrodeleg­ado para con excusas.

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