Vidal refuerza la pelea para subir los fondos provinciales
A pesar de la oposición de sus colegas, la gobernadora trazó una estrategia para profundizar el reclamo por la Coparticipación.
En un año clave para el Gobierno en materia electoral, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, tiene planeado insistir fuertemente con el debate que abrió cuando llegó a La Plata: los fondos para la provincia de Buenos Aires.
En este sentido, Vidal tiene decidido volver a la carga con dos reclamos distintos pero que, a la vez, responden al mismo objetivo: aumentar los ingresos que recibe desde la Nación en materia de reparto presupuestario. Primer reclamo: Uno de los planteos es por la Coparticipación Federal, es decir, aquellos fondos que se reparten de manera automática desde el Gobierno nacional a todas las provincias. En este sentido, en La Plata explican que Buenos Aires recibe el 18% de esos fondos pero aporta un 37,4%. Por este tema, el año pasado se presentaron tres proyectos de ley en el Congreso (de distintas fuerzas políticas) para intentar modificar este estado de cosas. Durante todo el 2016 la oposición nunca quiso dar el debate y, es más, algunos diputados de Cambiemos no quisieron pelearse con los gobernadores de sus provincias por abrir el juego. En paralelo, el Ministerio del Interior, que comanda Rogelio Frigerio, convocó para mediados de febrero a todos los gobernadores para poner en agenda nuevamente el tema. Es decir, de manera coordinada, Vidal intentará dar pelea en esta batalla histórica.
“Cuando vamos a las reuniones los gobernadores nos dicen que tenemos razón, a veces ni siquiera tenemos que mostrar nuestras planillas de Excel, pero después miran su quintita y dicen otra cosa en los medios”, se queja ante PERFIL uno de los funcionarios bonaerenses que conoce del tema. Segundo reclamo. El segundo planteo de Vidal apunta al denominado “Fondo del Conurbano”, que originalmente estaba conformado por el 10% de lo recaudado por Ganancias, pero en 1996 quedó congelado en $ 650 millones. Esto llevó a que, en agosto del año pasado, el entonces secretario Legal y Técnico, Julio Conte Grand, junto al ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza, presentaran los argumentos para una demanda ante la Corte Suprema de Justicia por $300.000 millones, considerando el retroactivo. La cifra es relevante: este año Vidal tiene menos de un 10% ($ 29.000 millones) en manos del ministro de Infraestructura, Roberto Gigante, para obras públicas.
En noviembre del año pasado, la Corte Suprema aceptó tomar cartas en el asunto y estudiar el tema. Todo un gesto. Hoy los funcionarios aseguran que, si bien no hay un plazo establecido, podrían tener una buena noticia antes de las elecciones.
La iniciativa para buscar más fondos de parte de la Gobernación tiene un contexto particular: a fin de año la Nación le entregó, de manera directa, un aporte de $ 25.000 millones. Varios gobernadores peronistas pusieron el grito en el cielo.
Sin embargo, el ministro Lacunza, salió al cruce: dijo en PERFIL que se trataba de un reclamo “injusto” y que, en promedio, con este extra otorgado por la Nación, la Provincia recibe unos $ 7.500 per capita contra $ 20 mil, en promedio, del resto.
Los reclamos de la gobernadora, quien esta semana estuvo de “gira política” con almuerzos con la cúpula política del macrismo, tienen un anclaje diáfano: el déficit de $ 21.500 millones que tendrá este año la Provincia. Claro que, a diferencia de la gestión “naranja”, el 80% del mismo se explica por deuda contraídas para obras públicas.
Daniel Scioli solía tener un déficit similar (0,35% del PBI bonaerense) pero fundado básicamente en el gasto corriente (en especial, el pago de salarios y jubilaciones).
De todos modos, más descansada tras sus vacaciones, a la gobernadora María Eugenia Vidal le preocupa la dimensión social del déficit: en febrero comenzará la ardua paritaria docente.
Por lo pronto, la gobernadora aún dejó vacante el ministerio de la Producción (quiere esperar al cierre de listas para que sea parte de un acuerdo), mientras muchos en el gabinete se siguen preguntando a qué se dedica el ministro de Gobierno, Joaquín de la Torre, además de twittear contra los intendentes kichneristas. Al menos, De la Torre sabe de redes sociales: uno de sus asesores compra paquetes de seguidores en Twitter para incrementar su influencia.
La Corte Suprema tomó cartas y estudiará los recursos del Fondo de Conurbano