Perfil (Sabado)

Salir a jugar o no

- ROBERTO GARCIA Por hallarse de viaje, Jorge Fontevecch­ia volverá a su habitual columna el próximo fin de semana.

Para ganar, en ciertos juegos de naipes, se debe pasar, saltearse rondas, suspender la ansiedad cuando las barajas no colaboran. En suma, dejar que otros jueguen. Nadie aconseja ese recurso lícito para la política, disciplina que obliga a la participac­ión constante, en cada fecha electoral, ya que el auditorio devalúa a quien abandona una justa y evita la competenci­a: exige concurrenc­ia plena, más que al colegio o a misa.

Esa regla no escrita abruma hoy a personajes como Sergio Massa, Florencio Randazzo, Elisa Carrió, Martín Lousteau o Cristina de Kirchner. Ninguno con voluntad de protagoniz­ar candidatur­as en los comicios de octubre: arriesgan más del capital que suelen invocar como propio. Si bien cada uno es un mundo y responde a intereses diversos, la fecha del voto los intimida como una sepultura personal mientras el triunfo apenas si garantiza permanenci­a en la actividad, eventual promesa de un destino más significat­ivo.

Aunque nadie conoce a un dirigente político que se haya vuelto pobre en las últimas décadas, la travesía por alcanzar cierta comodidad en el Estado parece poco grata y el que se ausenta puede convertirs­e en papel mojado, no sirve para lectura ni para envolver huevos. Aunque Lousteau afirmaba que se aburría en Washington, opinión de embajador primerizo que algunos familiares no compartían, ahora esa plaza –gracias a Trump– se ha convertido en la más fascinante del mapa, para bien o mal del universo. Antes que pensar en las elecciones de octubre, el jefe de ECO podría ser un observador bien pago en Washington, sin riesgos y con ganancias aseguradas si logra una leve mejoría en las relaciones, hoy bajo cero, entre el gobierno argentino y el norteameri­cano. Sólo basta recordar que a la jura de Trump el Gobierno solamente derivó a Lousteau como representa­nte, mientras estuvo generoso con la despedida del amigo de Obama, Noah Mamet, en Palermo (concurrió medio gabinete), y ni hablar del envío a Davos de cuatro ministros. Desatino o típico desprecio kirchneris­ta, según el gusto del lector (a propósito de Davos, ¿por qué al anterior encuentro el ingeniero Presidente llevó a Massa como símbolo de homogeneid­ad con la oposición y esta vez, cuando más lo requieren los empresario­s como garantía por las inversione­s, no proveyó la delegación con adversario­s razonables?).

Tampoco ayuda Malcorra. Debe creer que ganó Hillary, se la observa desorienta­da buscando adhesiones en el Senado de Estados Unidos con rivales de Trump, o firmando la contradicc­ión del documento de la Celac en el que se rechaza la criminaliz­ación de la migración irregular y al mismo tiempo jura fidelidad a Macri, que decidió un sistema de control migratorio contra los criminales extranjero­s. Igual, si la canciller se hace famosa, no será por esta declaració­n en Punta Cana. Episodios apar te, la dama radical podría aportar para enojo de la Jefatura de Gabinete (Marcos Peña y Fulvio Pompeo) la creación de una oficina ad hoc o una cartera de emergencia para analizar y prevenir el efecto Trump en la Argentina. En un país con tantos ministerio­s inexplicab­les y su consecuent­e burocracia, no vendría mal un área específica para el comercio internacio­nal, estrategia, defensa y logística –apartándos­e de tantos CEO y economista­s– que mitigue los daños eventuales que en el país podría generar la política de Trump. Alguien

El voto de octubre intimida a varios dirigentes políticos, más interesado­s en 2019 que en este turno Las apetencias del embajador Lousteau no ayudan a la relación con EE.UU., pero tampoco contribuye Malcorra

que, por ejemplo, ya supiera currículum e influencia de Craig Deare en la cercanía del magnate presidente, un consejero militar para temas del Oeste que ha escrito libros sobre México y América Latina. Si Trump es un caso extraordin­ario para el mundo, también algunas medidas deben ser extraordin­arias en los países afectados (y no es por la veda a la venta de limones, ya que antes ocurrió con De la Rúa y por razones más explícitas).

Para Lousteau, entonces, no es deseable desalojar Washington, resulta más atractiva esa tierra que la porteña, con el desgaste de pelear voto a voto. Además complacerí­a a Macri, quien lo quiere lejos de su terruño alambrado. Pero el embajador también responde a una parte bulliciosa del radicalism­o, no precisamen­te oficialist­a, que en la Capital le construyó actos y multitudes, le otorgó visibilida­d política y lo requiere para armar listas propias y un destino certero para 2019 en el distrito. Lousteau, a su vez, quien mira tanto la jefatura porteña como la presidenci­a, desearía llegar a ese año sin detenerse electoralm­ente en el octubre venidero. Pero el tren de la política se detiene en todas las estaciones.

 ?? FOTOS: CEDOC PERFIL ?? A Massa, Randazzo, Carrió, Lousteau y Cristina los envuelve el riesgo electoral.
FOTOS: CEDOC PERFIL A Massa, Randazzo, Carrió, Lousteau y Cristina los envuelve el riesgo electoral.
 ??  ?? CANDIDATOS.
CANDIDATOS.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina