PARA EL PRIMER SUPERCLASICO DEL AÑO NO SE GUARDAN NADA
Boca y River se cruzan en Mar del Plata con todos los titulares. Asistiría Macri.
Nada de amistosos ni de partidos que sirvan como preparación para objetivos más importantes. Un River y Boca de verano se juega con la misma intensidad que uno que defina un título en el Monumental o en la Bombonera. Y el de esta noche, en el José María Minella de Mar del Plata, además tendrá la particularidad de que será el único del verano.
Las decisiones de los entrenadores y las palabras de los protagonistas así lo dejan en claro. Tanto Marcelo Gallardo como Guillermo Barros Schelotto pondrán lo mejor que tienen a disposición para quedarse con la chapa de dueño del verano y encarar la recta final hacia la reanudación del torneo con la frente alta y el pecho inflado de orgullo por vencer al rival de toda la vida.
“Un pa r t ido de éstos es amistoso sólo para la televisión”, contestó sin vacilar días atrás el defensor xeneize Fernando Tobio cuando lo consultaron sobre lo que se juega hoy. Más mesurado, de su lado, fue el mellizo Guillermo, quien pidió jugarlo con intensidad pero sin violencia.
De lado millonario, algunos se encargaron de bajar esa intensidad, al afirmar, como Rodrigo Mora, que, “si bien un clásico hay que ganarlo, nuestra prioridad es el choque del próximo 4 de febrero con Lanús por la Supercopa Argentina”.
En esta comparación, las mayores urgencias parecen para Boca, que de perder no contaría con la chance de tomarse revancha inmediata. En este caso, se asemeja al de noviembre pasado, cuando luego del superclásico que Boca ganó 4 a 2 en el Monumental, River se quedó con la Copa Argentina al vencer a Rosario Central, situación que le permitió cerrar rápido la herida.
En cuanto al fútbol que pueda verse esta noche, si bien probó a lo largo de la pretemporada con un esquema con tres defensores, Gallar- do apostaría a lo seguro, lo que mejores dividendos le dio: un 4-4-2, con la “novedad” de Camilo Mayada por el carril derecho. El resto son los nombres conocidos casi de memoria.
En Boca no está todo definido, ya que el técnico no decidió si ubicar a Sebastián Pérez junto a Fernando Gago y Pablo Pérez, o a Nazareno Solís sobre la izquierda, lo que le permitiría ser más vertical y agresivo a la hora de atacar. En la delantera, todo claro: Cristian Pavón, Darío Benedetto y Ricardo Centurión.
Algo que tampoco cambia respecto de un partido oficial: la seguridad. Habrá 1.100 policías y cien efectivos de seguridad privada, según dispuso la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APreViDe). El operativo comenzará varias horas antes del encuentro. Otro clásico.