Perfil (Sabado)

Mi camino no fue fácil, el tanguero era muy machista

- MORA GODOY* *Bailarina, empresaria de su compañía, Mora Godoy Tango Company, y coreógrafa.

Estoy recorriend­o El Gigante Asiático, presentand­o Tango

remix, mi nuevo espectácul­o en alrededor de diez ciudades de China, en teatros como el Guangzhou Opera House, en el Shanghai Art Center y el Hunan Grand Theatre en Changsha, entre otros. Así comencé 2017… No paro, nunca dejo de hacer cosas. Siempre estoy tratando de evoluciona­r y de enriquecer lo que vengo construyen­do desde que comencé mi carrera artística. Hace más de veinte años que estoy en el tango, y como corolario a tantos años de carrera, este año decidí volver a China, país donde debuté en 2003 con Tanguera y que ahora visito por segunda vez con mi propia compañía en menos de un año.

Soy creadora de musicales como Tanguera, Chantecler y otros espectácul­os más con los cuales he recorrido muchos países del mundo, recibiendo elogios de crítica y público. Pero también tuve que enfrentarm­e a un medio machista y crítico.

Cuando empecé, el medio del tango era extremadam­ente machista. Muy de hombre. De hecho, todas las parejas de bailarines comenzaban con el nombre del varón: Copes-Nieves, El Mayoral y Elsa María, Zotto-Plebs, Virulazo y Elvira… Fue así durante muchos años. De alguna manera, me sentí pionera en encabezar una compañía con nombre propio, donde puedo bailar con dos, tres o cuatro bailarines distintos. No hay otra bailarina que tenga su propia compañía. Y menos en el tango. Y menos en Argentina, logrando trascenden­cia a nivel internacio­nal.

Puedo dar mi opinión como bailarina, como maestra –antes daba clases y las tuve que suspender por falta de tiempo–, como coreógrafa, creadora y productora de los musicales de tango con historia más importante­s.

Soy una mujer que, como ar tista, exploró distintas áreas que no necesariam­ente se cruzan entre sí y las complement­ó todas ellas con coreografí­as, producción, creativida­d. Esto es un cambio gigante dentro del tango. Hay un antes y un después. De alguna manera, marqué precedente y, por eso, hoy hay chicas detrás de mí que tienen ese empuje, encuen- tran el camino bien allanado y se imponen con su criterio. Se animan mucho más que antes. En mi caso, fue mucho más difícil y me gusta haber sido precursora en ese sentido. Es obvio que hay un antes y un después dentro del tango: porque soy mujer, porque no tengo un marido poderoso y soy yo, solita, con mi trabajo y mi propia inversión permanente en el tango.

Cuando con Diego Romay hicimos el gran éxito de Tanguera, fue un trabajo mutuo, algo que hicimos juntos, porque si bien él ayudó a que yo hiciera Tan

guera, yo lo ayudé mucho a FOTOS: GZA. S.R. Y MORA GODOY que pudiera realizarse como profesiona­l porque hasta ese momento no había hecho nada propio. Antes de protagoniz­ar

Tanguera, yo había realizado los videos de clases de tango Así se baila el tango, con Osvaldo Zotto, lo cual fue un despegue muy importante porque esos videos se hicieron conocidos en todo el mundo. Creo que muchas cosas en mi carrera han sido puntales o trampoline­s que me fueron dando, año a año, un crecimient­o y lugar de solidez. Por otra parte, hay como un ojo criticón dentro del mundillo del tango, muchos creen que la crítica los va a hacer sobresalir, por ejemplo. Recuerdo que me criticaban hasta por qué diseñaba mi propio vestuario, o las coreografí­as, he sido motivo de crítica permanente… Pero no de parte de la gente de la calle y el público que me va a ver y me felicita, me abraza y me apoya. Esto me pasa viajando por el país y en el extranjero también. Por eso me siento en un lugar de privilegio. En un lugar de emprendedo­ra, de trabajador­a, de gran generadora de laburo para mucha gente.

Susana Rinaldi sostiene que el hombre del tango aún le debe un reconocimi­ento a la mujer, y tiene razón, es absolutame­nte cierto. Al menos desde el baile, todo el atractivo que aporta la mujer, el adorno, sus piernas, los ganchos, todo hace que la pareja se luzca más.

A veces, ser sumiso es más fácil o más cómodo… Yo no elegí un camino fácil, si estuviera en un lugar de comodidad no hubiera hecho todo lo que hice. Tiene que ver con la personalid­ad de cada una. De hecho, Tita Merello trascendió. Niní Marshall, también; Libertad Lamarque y muchas otras más. Otro ejemplo es María Nieves, a quien admiro mucho, pero ella siempre dejó que Copes decidiera sobre todo y, de alguna manera, se dejó llevar. Antes, las mujeres aportaban muchísimo, pero estaban en una actitud mucho más sumisa que la que toman las chicas de hoy. Las bailarinas de hoy toman decisiones y han logrado un protagonis­mo importantí­simo, ya sea cuando bailan, cuando se muestran, cómo se cuidan el cuerpo, con las coreografí­as… A mí, todo eso me encanta. Es espectacul­ar lo que pasa hoy con la mujer en el tango.

 ??  ?? POSTALES. Valiente, Mora Godoy se animó a ser cabeza de compañía en el mundo del tango. Se encuentra en China, recorriend­o diversas ciudades con sus bailarines. Y analiza su 2016.
POSTALES. Valiente, Mora Godoy se animó a ser cabeza de compañía en el mundo del tango. Se encuentra en China, recorriend­o diversas ciudades con sus bailarines. Y analiza su 2016.
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