UN REGRESO SIN RASTROS DE GLORIA
Después de 16 meses de ausencia, Tiger Woods tuvo un flojo regreso al PGA Tour: tras 523 días sin jugar por dos operaciones en la espalda, el ex número uno del mundo no logró exhibir su mejor versión en el Farmers Insurance Open de San Diego que se celebra en el campo de Torrey Pines, el mismo escenario donde ganó siete veces. Con una modesta tarjeta de 76 golpes, cuatro por encima del par, el estadounidense quedó a 11 impactos del líder, el inglés Justin Rose.
“No hice buenos golpes”, admitió el golfista ganador de 79 títulos tras la primera jornada de competición en San Diego.
Woods, de 41 años, está jugando su primer torneo en el circuito de la PGA desde agosto de 2015. El año pasado sufrió dos intervenciones quirúrgicas por problemas en la espalda, que lo relegaron de la práctica del deporte.
Ahora, el golfista estadounidense planea disputar una serie de cuatro torneos en cinco semanas para volver a ubicarse en los lugares de privilegio que frecuentó durante tantos años.
La próxima competencia será del 2 al 5 de febrero en el Omega Dubai Desert, del 16 al 19 de febrero estará en Los Angeles y una semana después competirá en Palm Beach Gardens, en Florida.
La vuelta de Tiger dejó una certeza: está muy lejos del nivel que lo convirtió en el golfista más influyente de la historia. De no ser por su acierto en el juego corto, sus errores en el juego largo lo podrían haber relegado aun más. Su rendimiento en la primera jornada del Farmers Insurance fue claramente de mayor a menor.
El australiano Jason Day, actual número uno del mundo, apeló a cierto código de respeto y pidió paciencia para volver a ver al mejor Woods: “Dieciséis meses sin jugar son muchos. Démosle un año, dejémoslo jugar”, reclamó.