Equipos ganaderos, la deuda en maquinarias
Si bien el sector facturó entre 30 y 40% más en dólares con respecto al año anterior, el comportamiento fue desigual: boom de sembradoras, pero freno en sistemas de forrajes.
De acuerdo con un informe elaborado por los ingenieros Mario Bragachini y Federico Sánchez, del INTA, el sector de la maquinaria agrícola argentina en el 2016 facturó un 30 a 40% más en dólares respecto al 2015. “Pero ese panorama no fue general; sectores fuertemente favorecidos de la industria nacional como sembradoras, pulverizadoras, tractores, cabezales y otros como cosechadoras nacionales ( preocupante) y forraje conservado, o sea máquinas para el sector pecuario no fueron favorecidos en el análisis del 2016 por baja demanda del sector productivo, fundamentalmente el lácteo muy movilizador en otras épocas”.
El cambio positivo de renta-
“Lo primero que hace el productor argentino es invertir en maquinaria”.
bilidad en el agro fue inducido por varios factores aditivos locales y un sostenido precio internacional de las commodities en los mercados globales. Una cosecha 2015/2016 excepcional en rendimientos (donde no afectó la inundación), que logró aumentar la capacidad de compra del sector productor de granos de Argentina en el 2016 y los proveedores de servicios (contratistas), no ocurrió lo mismo en el sector ganadero, sobre todo en el sector lácteo.
Los productores de granos sembraron con un US$ 1/$ 9 y cosecharon con uno a $ 14, 15 o 16. Se les redujo las reten- ciones a cero en trigo, maíz y una baja en soja; se facilitó la exportación en trigo y maíz, todos factores positivos aditivos que puntualmente generaron rentas muy positivas. Según Bragachini y Sánchez, “lo primero que hace el productor argentino es invertirlo en maquinaria y camionetas”.
El 2016 fue uno de los peores años para el mercado de maquinaria global. La caída del petróleo y de las commodities (maíz a 130 a 150 US$/t) fue determinante, así como el precio de la leche en polvo. El mercado de maquinaria agrícola argentina fue la excepción junto a otros pocos países del mundo.
Para los técnicos del INTA, “el mercado del 2017 se lo debe trabajar distinto, algunos factores aditivos del 2016 ya no están presentes, otros juegan en positivo como el aumento internacional del valor de la soja, algo del maíz, trigo y de la leche, el cambio de políticas para las carnes argentinas que se puede manifestar en el 2017/18 como muy positivo y los posibles acuerdos sectoriales con el Gobierno (en parte supeditado por el efecto Trump), con el Banco Nación y otros bancos privados para favorecer la reactivación del mercado interno serán bien valorados. Históricamente el BNA fue, es y debería seguir siendo el motor de la reactivación del mercado de la agrometalmecánica y el sostenimiento de casi 100 mil puestos de trabajo del interior del país”.
En el mercado internacional y local, la baja competitividad de los costos argentinos es preocupante para sustituir importaciones y para exportar. Hay que trabajar en este aspecto y se están haciendo proyectos y planteos positivos al respecto, parte del alto costo laboral está explicado por la falta de tecnología de procesos industriales que permitan una mejor productividad del jornal. Muchas fábricas nacionales invertirán en este sentido en el 2017 no con la idea de desprenderse de puestos de trabajo, o reducir salarios, sino de darle mayor sostenibilidad al sistema.