Perfil (Sabado)

Mueren 250 ballenas varadas en una playa de Nueva Zelanda

Decenas de voluntario­s trabajaron para salvar a otras 150. Es uno de los varamiento­s más masivos en décadas. Estudian las causas.

- AGENCIAS

Más de 400 ballenas encallaron ayer en la región de Golden Bay, en Nueva Zelanda. Entre ellas murieron alrededor de 250, según indicó el Departamen­to de Conservaci­ón. Los equipos de rescate intentaron volver a encauzar a las ballenas sobrevivie­ntes. Pero, entre ochenta y noventa volvieron a quedar atrapadas en el mismo lugar sólo cinco horas después.

Andrew Lamason, portavoz del departamen­to, dijo que un 70% de las ballenas había fallecido y que las perspectiv­as de rescate para intentar devolver con vida a alta mar a las restantes no eran demasiado optimistas. “Con esta cantidad de ejemplares muertos hay que asumir que las demás se encuentran en mal estado”, explicó el responsabl­e a radio Nueva Zelanda. “Por esa razón nos preparamos para lo peor”.

“Hay tantos cadáveres en el agua que los voluntario­s tienen dificultad­es para devolver a los cetáceos al océano”, explicó a AFP un vocero del departamen­to. Sin embargo, los voluntario­s lograron poner en el agua a buena parte de las ballenas que quedaban con vida y formaron una cadena humana para impedir que vuelvan a encallar. Con respecto a las ballenas sobrevivie­ntes, el experto agregó: “esperemos que la marea se los lleve mar adentro y que puedan irse”.

Este tipo de ballenas se denominan “piloto” o “calderones”. Llegan a medir hasta seis metros de largo y son la especie más común en Nueva Zelanda. Son conocidas por su tendencia a volver hacia la playa aunque se las encauce nuevamente al mar. Los especialis­tas consideran que podría tratarse de un comportami­ento inherente a ellas que tienden a reunirse con los demás miembros del grupo.

La profesora Liz Slooton, del departamen­to de zoología de la Universida­d de Otago, le dijo a The New Zealand Herald que había una amplia gama de causas para los encallamie­ntos. Entre ellas, porque estaban enfermas, muriendo, dando a luz o desorienta­das. Mientras que los terremotos y las tormentas podrían ser un factor, las causas humanas, incluyendo el ruido pueden conducir ballenas a la playa.

En la historia de Nueva Zelanda, donde el fenómeno es relativame­nte frecuente, sólo se registran dos de mayor importanci­a por la cantidad de ballenas encalladas, en el siglo pasado. Fenómenos anteriores más masivos se registraro­n en 1918, cuando unos mil ejemplares encallaron en las islas Chatham, seguido en importanci­a por otro de 450 en Auckland en 1985.

En Farewell Spit, situada a unos 150 kilómetros al oeste de la ciudad turística de Nelson, hubo al menos nueve fenómenos masivos de ballenas encalladas en la última década, resultando ésta la más importante en ese período.

Según Lamason, no existe explicació­n científica clara a ese comportami­ento, siendo la causa probable la geografía submarina del lugar. “Si alguien se propusiera diseñar un lugar para atrapar ballenas, Golden Bay sería probableme­nte el ideal”, comentó. “Frente a Farewell Spit existe una gran cantidad de arena en forma de gancho y las aguas son poco profundas: una vez que las ballenas entraron, es difícil que puedan volver a salir”.

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AP CATASTROFE. Desde 1985 no se registraba en Nueva Zelanda un varamiento masivo como éste.
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AFP RESCATE. Voluntario­s trabajaron para salvar a los cetáceos.

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