EE.UU. prometió que respetará el principio de ‘una sola China’
Tras los roces durante la campaña, Trump y Xi Jinping hablaron ayer por teléfono y acordaron reunirse en cuanto sea posible.
Tras dos meses de tensión, Donald Trump aseguró ayer al presidente chino, Xi Jinping, que respetará el “principio de una sola China”, que prohíbe cualquier contacto diplomático de los países extranjeros con Taiwán.
“El presidente Trump acordó, a pedido del presidente Xi, respetar la política de ‘una sola China’”, indicó la Casa Blanca. Se trata de la primera conversación telefónica entre los dos jefes de Estado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
La isla de Taiwán está separada políticamente del resto de China desde el final de la guerra civil de 1949. El terri- torio tiene un gobierno propio pero no está reconocido por la ONU.
China rechaza relaciones diplomáticas con los países que tienen relaciones con Taiwán, aplicando el principio de “una sola China”.
En 1979 Estados Unidos cerró su embajada en Taiwán y reconoció el régimen comunista de China continental como la única autoridad legítima. Washington continúa sin embargo teniendo intercambios comerciales con Taiwán y vendiéndole armamento.
“Xi Jinping se congratula de la reafirmación por parte del señor Trump de la adhesión del gobierno estadounidense al principio de una sola China”, dijo ayer la televisión oficial CCTV en su web.
Cruces. En una entrevista publicada en enero por el Wall Street Journal, Donald Trump aseguró que estaba dispuesto a romper este principio afirmando que “todo está sobre la mesa, incluso una sola China”. El principio “no es negociable”, respondió entonces Pekín.
Entre su victoria en las presidenciales de noviembre y su investidura a finales de enero, Trump irritó a Beijing aceptando una llamada telefónica de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. Y en diciembre declaró que no se sentía necesariamente obligado a respetar el principio de “una sola China”.
Durante su campaña electoral, Trump amenazó con imponer aranceles del 45% a las importaciones chinas, acusando al país de haber “robado” miles de empleos a Estados Unidos. Esta posición preocupa mucho a los dirigentes chinos.
Pero Trump y Xi intercambiaron ayer “invitaciones para reunirse en sus países respectivos”, indicó la Casa Blanca, que calificó las discusiones de “extremadamente cordiales”.
“Los dos jefes de Estado (...) están impacientes por reunirse lo antes posible”, dijo por su parte la televisión china.
Trump envió a Xi Jinping, por el Nuevo Año chino, una carta en la que pide una “relación constructiva” entre los dos países.