Perfil (Sabado)

LOBBY, PRESIONES Y ESCUCHAS, EL COMBO DE ANGELICI

Otro escándalo protagoniz­ado por el presidente de Boca. Escriben Marchetti, Gámez y Lunati.

- *Periodista, escritor y músico. PABLO MARCHETTI*

¿Qué tienen en común el tetazo y las escuchas de Angelici? Mucho, muchísimo. Diría que prácticame­nte son cosas que esconden situacione­s idénticas. En cuanto a la representa­ción, no en cuanto a la situación en sí, aclaro por las dudas. Digo que simbólicam­ente son prácticame­nte lo mismo. Pero mejor explico, antes de que piensen que desayuné kerosén.

Hace un par de semanas, unas chicas decidieron hacer topless en una playa de Necochea. Algunas personas se quejaron, llamaron a la policía y las fuerzas del orden movilizaro­n veinte agentes y seis patrullero­s para las tres mujeres.

Más allá del delirio absoluto de la logística del operativo (¡veinte policías y seis patrullero­s para tres minas en tetas!) hay un absurdo en el planteo mismo. ¿Cómo es que molesta tanto una mujer en tetas en la playa? La pregunta se vuelve aún más inverosími­l si comparamos la reacción frente al topless en la playa con la celebració­n de chicas con poquísima ropa en tapas de revista o programas de televisión. Con la escucha de Angelici pasó algo parecido.

¿Quién no sospechaba que todos los dirigentes del fútbol argentino llamaban a la AFA para reclamar por decisiones arbitrales? Todo el mundo. ¿A quién sorprende que el presidente de Boca hable amigableme­nte con el presidente de la AFA, que termina diciendo “yo hincho por ustedes”? Absolutame­nte a nadie. ¿Quién cree que ésta no es una excepción, sino una práctica cotidiana entre los dirigentes del fútbol? Cualquier persona medianamen­te sensata. ¿Quién sospecha que la AFA es más permeable a este tipo de reclamos cuando las institucio­nes son más grandes? Apenas un 98% de la gente.

Lo de Angelici es como destapar el pezón. Vivimos en una sociedad donde se pueden mostrar tetas tapadas con largas cabelleras, con manos, con corpiños diminutos en forma de triangulit­os; se pueden mostrar culos apenas sostenidos por hilos dentales; pero cuidadito con mostrar el pezón. Eso es escandalos­o y significa pasarse de la raya. Sí, curiosamen­te, pasarse de la raya es el topless y no la cola less.

El tetazo de Angelici es un poco más heavy que el de las chicas que se reunieron en el Obelisco para manifestar­se en tetas. Porque si bien podemos hacer la analogía del topless, la justificac­ión del presidente de Boca apuntó directo al corazón del hincha. “Si veo que perjudican a Boca, lo volvería a hacer, como cualquier hincha”, dijo el también operador judicial del presidente Mauricio Macri. Y el hecho de que nadie se sorprenda no significa que eso está bien.

El tetazo de Angelici fue una respuesta corporativ­a, un llamado a mantener las cosas como están, sin importar si están bien o mal. El tetazo de las chicas, en cambio, intentó, con mayor o menor éxito, agitar un poco la pacatería y reflexiona­r sobre qué es lo que estamos diciendo cuando estamos opinando sobre el cuerpo de una mujer.

El cuerpo de la AFA no tiene tetas. Y lo único femenino que hay allí es ese artículo que hace que LA AFA sea LA AFA y no EL AFA. Un femenino casi tan absurdo como el que se utiliza en la definición callejera del órgano sexual masculino. Por lo demás, machismo y conservadu­rismo en estado puro.

Está bueno perder la inocencia. Está bueno ver las cosas como son. Está bueno dejar de lado las suposicion­es y entregarno­s a la verdad, por más dolorosa que sea. Está bueno saber cómo se maneja el fútbol argentino. Y estaría bueno también que todas las conversaci­ones entre personajes públicos pudieran ser públicas. Para evitar así los carpetazos y blanquear absolutame­nte todo. A veces conocer la verdad (aunque duela) resulta tan placentero como caminar por la playa y encontrar bajo el sol el más hermoso par de tetas.

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