Perfil (Sabado)

Paritaria docente

- ARTEMIO LOPEZ*

El poder adquisitiv­o de los trabajador­es retrocedió un 7% en 2016, según el Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala. Por otra parte, la A rgentina fue el país de la región donde el salario mínimo perdió la mayor capacidad de compra en 2016. El estudio de la Universida­d Nacional de Avellaneda (Undav) registró que un salario mínimo alcanzó para comprar 242 litros de aceite en 2016, cuando servía para comprar 517 litros en 2015, es decir, una merma del poder de compra del 53%. En kilos de harina, la reducción fue del 43%; en paquetes de fideos, del 25%; en kilos de carne picada, del 32%; y en litros de leche, del 37%. Al tomar en cuenta 16 productos de consumo masivo para armar una canasta básica, el documento registró que un salario mínimo pudo comprar 11% menos en 2016 en relación con 2015.

En estas condicione­s se inicia el año paritario y comienza la disputa en torno a la gran coordinado­ra de expectativ­as, la paritaria docente. El gobierno que encabeza María Eugenia Vidal propuso un 18% de incremento anual a pagar en cuatro cuotas. “El aumento propuesto es del orden de los 250 pesos por mes”, sostuvo Roberto Baradel.

Para tener una idea de la confiscaci­ón salarial que supone esta propuesta obsérvese que el año anterior, con una inflación del 41%, la actuali- zación del salario docente de la provincia de Buenos Aires sufrió una pérdida en términos reales de 9,10%, según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Adicionalm­ente, todas las expectativ­as de inf lación y los mismos aumentos de tarifas e impuestos impulsados por el gobierno nacional se ubican muy por sobre el nivel proyectado por el oficialism­o en torno al 17%. El caso que utilizamos en esta columna es el de expectativ­as de inflación de la Universida­d Di Tella, insospecha­da de ser opositora, que se ubica en enero de 2017 en el 25% para este año.

Es simple observar que si a las expectativ­as futuras de 25% agregamos la pérdida de salario anterior de 9,10%, una actualizac­ión lógica del salario de los docentes bonaerense­s se ubica en torno al 35%. Pero siendo esto tan evidente, por qué el gobierno nacional y su sidecar provincial insisten en propuestas que reconocen apenas la mitad de la actualizac­ión lógica.

Sencillo, el Gobierno tiene como objetivo central de sus políticas bajar el costo de producción y en el eje de esta política está la baja salarial, y la paritaria docente bonaerense es una gran coordinado­ra de expectativ­as.

Como vimos, en 2016 avanzó el gobierno neoliberal de manera notable en este objetivo de baja salarial, apoyado por parte de las conduccion­es gremiales salchipapa que le son afines y un sector de la oposición lamebotas que puebla el Parlamento, la que votó recienteme­nte a favor de la ley de ART impulsada por Macri y orientada a bajar costos salariales y beneficiar a las empresas asegurador­as, cuya rentabilid­ad en el último lustro fue superior a la media del mercado, su liquidez aumentó un 28% y sus gastos por suscripció­n de pólizas cayó un 32,5% según estudios de la Universida­d Nacional de Avellaneda.

Queda claro entonces que la baja salarial directa e indirecta es un objetivo explícito del gobierno de Cambiemos, y la paritaria docente bonaerense, por su volumen –concentra el 34,34% del gasto en personal de educación del país– y capacidad disciplina­dora hacia el resto, está en el centro de la mira del impiadoso ajuste neoliberal, con amenazas de muerte a los dirigentes gremiales incluidas.

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