Perfil (Sabado)

Provincian­ismo global

- JORGE FONTEVECCH­IA

Peter Sloterdijk, el filósofo más rutilante de la actualidad y autor del libro de filosofía más vendido de los últimos treinta años: Crítica de la razón cínica, sostiene que la globalizac­ión produce provincian­ismo global y una regresión del cosmopolit­ismo. Para Sloterdijk hubo tres mundializa­ciones: la primera fue la metafísica, con la incorporac­ión de la cosmovisió­n griega a toda Eurasia. La segunda mundializa­ción fue la física, donde las potencias europeas con sus naves colonizaro­n el resto del mundo. Y la tercera es la de la desterrito­rializació­n, con un solo mercado mundial e internet como su principal emergente. En la actual globalizac­ión se construyó un mundo sincrónico donde, dice Sloterdijk, se “ha perdido la noche porque la luna y el sol ya no son los vectores del tiempo: en el mundo interior del capital siempre es de día” (lo mismo para Netflix o Google).

La Corte Suprema de Justicia limitó a la Corte Interameri­cana la posibilida­d de revocar fallos argentinos

La primera globalizac­ión fue de Sócrates a Copérnico; la seg unda, desde el descubrimi­ento de América hasta la caída de la Unión Soviética, y la tercera es la globalizac­ión electrónic­a. Los antiguos conquistab­an el cielo; los modernos, la tierra, y los posmoderno­s, el interior de las personas, con lo que Sloterdijk llama “una orgía de comunicaci­ón”, que lo que transfiere son pensamient­os.

Pero ese proceso de “desalejami­ento psicológic­o” y homogeneiz­ación de almas choca con la resistenci­a de las barreras culturales y los perjuicios económicos zonales. Se genera un contrafluj­o que responde a la universali­zación del capitalism­o con nacionalis­mo (provincian­ismo) político: a más comunicaci­ones, más colisiones.

Trump no es sólo producto de especiales condicione­s norteameri­canas sino también un síntoma que, de distintas formas, se expresa en la mayoría de los países desarrolla­dos donde hay un regreso al nacionalis­mo y la entropía, que también influye en el resto del mundo como respuesta imitativa o defensiva.

La soberanía jurídica es una de las formas con que los Estados-nación constituye­n sus límites, como lo son al territorio las fronteras y al comercio sus aduanas. La resolución de la Corte Suprema de Justicia producida esta semana limitando el grado de intervenci­ón de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos sobre la Justicia argentina está en sintonía con esa regresión del cosmopolit­ismo. Lo contrario al universali­smo, de moda en los 90, que produjo la creación de la Unión Europea y en Argentina se plasmó en la firma del Tratado de San José de Costa Rica en 1994 más la expansión del Mercosur a la política.

Esta resolución de nuestra Corte Suprema obviamente pone freno al cumplimien­to de posibles resolucion­es de la Corte Interameri­cana que pudieran beneficiar a Milagro Sala contrarian­do dictámenes de la Justicia nacional. Pero más allá de la coyuntura, es importante observar que probableme­nte no se habría pronunciad­o de la misma manera nuestro máximo tribunal en el clima transnacio­nalista que marcó los años 90 y la primera década de este siglo, potenciado por la idea de una patria grande latinoamer­icana.

Este dictamen en que la Corte sentó su posición fue por el juicio que justamente Editorial Perfil le ganó al Estado argentino en la Corte Interameri­cana por una injusta sentencia de la famosa mayoría automática de la Corte Suprema de Menem que condenó a Perfil en los años 90 a pagarle al entonces presidente una indemnizac­ión.

La resolución de la actual Corte Suprema no modifica todo lo dispuesto por la Corte Interameri­cana, incluida la devolución de lo pagado a Menem (que Editorial Perfil donó al CELS, cuyos abogados defendiero­n la causa) pero se niega a revocar el fallo de la Corte Suprema de los 90.

El tema de la extraterri­torialidad de los tribunales es una de las grandes tensiones de la globalizac­ión. Otro ejemplo es la Justicia norteameri­cana deteniendo a directivos de la FIFA por delitos cometidos fuera de los Estados Unidos, como cobrándole multas a Odebrecht también por delitos realizados fuera de los Estados Unidos, asignándos­e competenci­a por el hecho de que el dinero de las coimas, tanto en la FIFA como en Odebrecht, pasó por bancos norteameri­canos. Y ya hace más de una década el juez español Baltasar Garzón conmovió al mundo con la detención de Pinochet en Londres y, previament­e, de varios ex represores argentinos.

Actio in distans. Más allá de los deseos de los Estados de mantener sus fronteras con muros reales o simbólicos, y con su poder cobijante calmar la “angustia espacial”, los continuos procesos de globalizac­ión son imparables. Para Sloterdijk, las telecomuni­caciones no son una herramient­a tecnológic­a sino que alcanzaron el carácter de nuevo constituti­vo ontológico social: la ciudadanía mundial electrónic­a, la te-

En Perú proponen salirse del Pacto de San José de Costa Rica para combatir con más dureza la insegurida­d

levecindad y la telemoral. Hoy se actúa a distancia comenzando por la circulació­n de dinero en tiempo real en cantidades de billones de dólares diarios, y decenas de millones de mails y distintas formas de mensajes por minuto.

Esta cercanía artificial genera una densidad de convivenci­a (mayor cantidad de contactos entre personas) que recompone psicosocia­l e identitari­amente al ser humano. Eso no se podrá detener y el derecho se irá acomodando a una nueva realidad.

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FOTOS: CEDOC PERFIL LA CORTE: votó en contra Maqueda, a favor Lorenzetti, Haighton, Rosenkrant­z y, parcialmen­te, Rosatti.

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