EL INFINITO EN FOCO
Las auroras boreales más allá del Círculo Polar Artico son espectáculos fascinantes que atraen cada invierno a turistas y fotógrafos aficionados. “El sol arroja al espacio partículas con carga eléctrica y el viento solar, avanza continuamente a toda velocidad”, explica el astrofísico Emanuel Jacobi. Durante un año Jacobi fue el responsable del IceCube, el observatorio de neutrinos del Polo Sur. “El campo magnético de la Tierra desvía estos vientos solares cuando se aproximan a nosotros y los reenvía a los polos. Por esta razón las luces son más intensas cuanto más al norte o más al sur se esté y cuanto más oscuro está”. Para los viajeros significa que cualquier lugar al norte o al sur del Círculo Polar es un buen sitio para ver las auroras durante el invierno. En el Hemisferio Norte estos lugares son el norte de Escandinavia, Groenlandia, Islandia, el norte de Canadá, Alaska y Rusia. En el Hemisferio Sur es casi imposible ver una aurora polar fuera de la Antártida. ¿Cómo se captan las auroras boreales con una cámara? “El programa automático hay que apagarlo y cambiar al modo manual”, asegura Marcus Kiili, fotógrafo finlandés. El autofoco sólo se hace una vez, para colocarlo en infinito. “Y después se apaga el enfoque automático”. “Lo mejor es utilizar un objetivo gran angular, para captar lo mejor posible los tonos verdes y rosas del cielo. Además, la lente ha de estar lo más abierta posible”. El fotógrafo también puede regular la sensibilidad ISO para acortar el tiempo de exposición, algo que ayuda mucho porque las luces del cielo cambian velozmente. Las temperaturas del Círculo Polar pueden alcanzar los -30º C y las baterías se descargan muy rápido con el frío. Se recomienda guardarlas en el bolsillo mientras no se usan. “También pueden encontrarse auroras polares entre mayo y septiembre, cuando no hace tanto frío”, comenta Kiili.