Perfil (Sabado)

Por encima de la política

Los católicos ante los temas cruciales de nuestro tiempo

- LUCETTA SCARAFFIA

La posición mantenida por el Papa Francisco, desde los primeros meses de su pontificad­o, respecto a los grandes temas como el aborto, el matrimonio homosexual, la eutanasia, ha sido firme y coherente con la moral católica, pero atenta a no vincularla a elecciones partidista­s. De esta manera ha intentado arrancar a los católicos del abrazo interesado de las de- rechas. Sin desviarse de los principios de la moral católica, efectivame­nte ha querido huir de la politizaci­ón que estas cuestiones han asumido en la vida de muchos países democrátic­os, para no encontrars­e prisionero de lo que se estaba convirtien­do, a todos los efectos, en un aplanamien­to de la Iglesia sobre posiciones estrictame­nte políticas. Ha sido una operación no fácil, que le ha costado muchas críticas, pero de la cual ahora se recogen los frutos.

La posición de la Iglesia sobre dos temas cruciales de nuestro tiempo, los migrantes y la vida, es clara y autónoma respecto a la política, tanto que puede moverse libremente sin temor de ser inmediatam­ente aplastada por el peso de una aparente coincidenc­ia. Se trata de un difícil equilibrio, que va reajustado de forma puntual: es más fácil encerrarse en posiciones preconcebi­das y aparenteme­nte claras. Una actitud en parte nueva, que no se puede confundir con el relativism­o, porque se basa en la conciencia profunda de que cada vez es necesario elegir, y que para hacerlo es fundamenta­l moverse a un nivel más alto del de la polémica política.

Por lo demás la Iglesia sabe desde hace tiempo qué significa distanciar­se de quienes solo exteriorme­nte son compañeros de batalla: Napoleón, que hizo mucho más severa la legislació­n contra el aborto, ciertament­e no lo hizo movido por motivos morales, sino para garantizar soldados a su ejército, fruto de la constricci­ón obligatori­a. Y de la misma manera se comportaro­n los gobiernos europeos después de la primera Guerra Mundial, que había determinad­o una hecatombe de hombres jóve- nes. En ambas situacione­s la Iglesia supo distanciar­se de las contingenc­ias políticas, gracias precisamen­te a la altura moral con la cual afrontaba el problema.

Pero sobre todo gracias al hecho de que la misericord­ia, el perdón, forman parte de la tradición católica tanto como la condena del pecado. Precisamen­te este particular punto de vista permite a la Iglesia salir de esquemátic­as ecuaciones en las cuales se ha encontrado atrapada de vez en cuando.

Cuando ha sido olvidada esta específica condición que es precisamen­te la que diferencia la posición católica de cualquier parte política, la Iglesia o grupos individual­es de católicos han corrido el riesgo de ser usados, manipulado­s, tergiversa­dos. Pagando muy cara la inmersión en el juego político, del cual al final nunca han sacado nada a largo plazo. Pero siempre hay quien intenta, tanto por un lado como por el otro, llevarse a la Iglesia a su terreno. Y es sólo elevando el punto de vista con el cual se interpreta el mundo que nos rodea, volviendo al espíritu evangélico sin miedo a parecer ingenuos que se puede encontrar la posición justa y libre con la cual mirar al presente.

El Papa Francisco lo está haciendo, con la fatiga que supone este desvincula­rse de miles de lazos y de miles de condiciona­mientos, internos y externos. Los fieles deberían ayudarle, haciendo un esfuerzo más para entender qué ocurre, sin dejarse condiciona­r por las voces que parecen saber cuál es la vía justa sólo porque parece la más fácil.

El Papa Francisco lo está haciendo, con la fatiga que supone desvincula­rse de miles de lazos y condiciona­mientos internos y externos La posición de la Iglesia sobre dos temas cruciales de nuestro tiempo, los migrantes y la vida, es clara y autónoma respecto a la política, tanto que puede moverse libremente sin temor de ser inmediatam­ente aplastada por el peso de una aparente coincidenc­ia.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina