Unos tres millones de argentinos no van a la oficina: ‘teletrabajan’
Según consultoras privadas, el empleo a distancia se instala como tendencia, aunque hay una guerra cultural en los recursos humanos.
Aunque no hay encuestas oficiales recientes, los datos de algunas consultoras señalan que, en Argentina, unos tres millones de personas ya teletrabajan en forma cotidiana.
“La mayoría son freelance y los que están en relación de dependencia pertenecen a organizaciones que suelen implementar esta modalidad sin un programa integral, algo que –a veces– conspira contra las ventajas que aporta esta modalidad”, le aseguró a PERFIL Fabio Boggino, director de la consultora especializada Jobing.
Justamente, apuntando a facilitar el crecimiento del teletrabajo –que está en auge en todo el planeta– Boggino junto a COR, su partner tecnológico, desarrollaron la que, aseguran, es la primera plataforma virtual “made in Argentina” diseñada para gestionar y auditar en forma remota el trabajo de equipos laborales.
Según Boggino, hoy se puede implementar teletrabajo en cada vez más rubros: “empresas chicas o grandes, de servicios, y sobre todo en áreas de ventas, administrativas, marketing, compras, finanzas, cobranzas y sistemas informáticos, son tareas que hoy pueden ser realizadas en forma parcial o total, desde la oficina, pero también desde la casa, desde un bar o cualquier otro lugar que le quede cómodo al trabajador”.
Minimizar los desplazamientos obligatorios diarios no sólo le genera ventajas económicas a la empresa, sino que también suma calidad de vida a los empleados. Además, con la generación millennial, ofrecer la opción de teletrabajo se convierte en un argumento para atraer talentos, ya que los jóvenes exigen equilibrar su vida laboral y personal y nadie tiene ganas de perder horas diarias montado en un auto, subte y colectivo, en medio del tránsito.
A pesar de sus ventajas, implementar el teletrabajo no siempre da resultados positivos. “Buena parte de los problemas se generan cuando los gerentes medios no saben trabajar por objetivos y prefieren supervisar a la manera tradicional, teniendo a su per-
Los problemas se generan cuando los gerentes medios no saben trabajar por objetivos y quieren al personal en el escritorio FABIO BOGGINO
sonal sentado en escritorios y controlándole los horarios de trabajo en forma estricta”.
Justamente para dar una respuesta a este problema, Boggino y sus socios desarrollaron “el primer software de teletrabajo pensado por argentinos, para ser usado por empresas locales”.
Se trata de una plataforma que ayuda a liderar y gestionar cualquier proyecto o tarea en forma colaborativa, pero facilitando el control del personal que interviene y auditando los horarios y quién y cuándo hace cada cosa.
“En el mercado hay algunas soluciones parecidas, que proveen las grandes multinacionales del software. Pero suelen ser costosos y requieren invertir en consultoría antes de implementarlos. En cambio nuestra solución es flexible, le sirve a las PyMes, se aloja en el cloud por lo que su instalación es muy simple y su costo es competitivo: ronda los US$ 8 mensuales por persona que lo utiliza.
Que una empresa adopte esta modalidad “implica que todos –desde el CEO hasta el cadete– entiendan que teletrabajo no es trabajar menos, sino de una manera distinta. Y, está probado que –bien hecho– genera un aumento de la calidad y cantidad de trabajo que realiza el empleado”, afirmó Boggino. Y agregó: “Las organizaciones modernas no contratan a las personas para que cumplan horarios sino para que logren objetivos. Lo importante es la tarea, no el lugar donde se realice”.