Una rutina gris, apagada, sin ventanas, ordinaria en extremo
EL PESO DE LA LEY Dirección: Fernán Mirás Guión: Roberto Gispert y Fernán Mirás Intérpretes: Paola Barrientos, María Onetto, Darío Grandinetti Origen: Argentina (2017) Duración: 101’
La ópera prima de Fernán Mirás decide meterse en el mundo judicial. Más allá de la coincidencia mediática con el paro, hay algo que en sus mejores momentos la película sabe capturar y tiene que ver con plantearse como antítesis de la película de juicio. L ejos de ritmos y engranajes de Hollywood, o cualquier otra alteración (como podría ser la india Court), aquí Mirás se planta de lleno en la rutina más gris, sin ventanas y en extremo ordinaria, en cuanto a modos, de un caso en el que una abogada transmite la desazón de una rutina agobiante y también imposible de modificar. Cuando pierde el romance, lo estoico, ese mun- do judicial, y gana en nuestra idiosincrasia, es cuando mejor funciona el film de Mirás.
Hay una responsable de ello: Paola Barrientos. De a poco, desde una escena que comienza demasiado cruel, demasiado metafórica (al menos en retrospectiva y considerando el recorrido de la película), nos encontramos a su Gloria en el más genérico de los despachos, atiborrada de cientos de toneladas de expedientes y acostumbrada a duelos de pacotilla con ex profesoras. La potencia de Barrientos es gradual, pero logra que su personaje lleve la película incluso cuando a veces se busca demasiado de ella.
Una trama que implica la violación de un discapacitado (el propio Mirás) genera en ella la búsqueda de la verdad. Pero vale insistir: Barrientos trasmite toda la amargura posible a su personaje, y su forma de hablar es clave. Pocas veces cierta crueldad lastimada, que hiere por no ser herida, de un empleado público fue transmitida de esa forma. A su manera, termina logrando un personaje que sobresale del resto del film, y muestra cómo Barrientos sabe leer algo de su personaje y de ese mundo que termina siendo aquello que Mirás parecía querer denunciar.