La sustentabilidad es mucho más que una palabra
Para los que están en el sector agropecuario y para los que tienen de alguna manera relación con él, la sustentabilidad es una palabra que ha venido copando cada vez más centímetros de publicaciones, notas periodísticas e incluso se ha convertido en hashtag y título de grupo de interés en LinkedIn. De un tiempo a esta parte se la trae a colación para hablar de temas diversos y, mientras que en el campo ha pasado a ser sinónimo de “buenas prácticas agrícolas”, para los consumidores que están en el eslabón final de la cadena productiva de la agroindustria, muchas veces puede que hasta les haga “ruido”. Justamente porque al usarla en forma tan indiscriminada no se le asigna su verdadero significado.
El campo trabaja hoy en forma mucho más amigable con el ambiente que en las décadas anteriores, y sin embargo pesa como una sombra que las cosas no se hacen tan bien a nivel de lote. Las grandes empresas proveedoras de tecnología han tomado el compromiso (en parte porque los empujaba la misma realidad) de disminuir el impacto que ejercen en el ambiente, no sólo con sus productos sino en sus procesos de producción.
En esa línea se inscribe el programa regional de Monsanto llamado Revitamon que se presentó esta semana en Buenos Aires. Tiene como fin compensar las emisiones de carbono que genere la empresa a través de la plantación de árboles, que en este país serán 4 mil. Según explicó Silene Chiconi, gerente de Sustentabilidad y Relaciones con la Comunidad de Monsanto Sudamérica, “la compañía avanzó significati- vamente en el compromiso para lograr una huella operativa neutral en carbono para el año 2021 y en la promoción de prácticas agrícolas inteligentes en cuanto al clima, como por ejemplo los avances en la meta de aumentar la eficiencia de aplicación de agua en riego en toda la operación global de producción de semillas en un 25% para el año 2020”. También señaló que “a nivel ambiental Monsanto reforzó su posición acerca de la biodiversidad”. Y recordó que en Sudamérica se preservaron unas 60 mil plántulas de diferentes tipos de semillas desde 2006. Asimismo, destacó que respecto del uso del agua se economizaron 220 km3 de agua con acciones de captura, recuperación y eficiencia; se instalaron 7.300 lámparas LED en las unidades de Monsanto Brasil y Argentina evitando la emisión de 1.340 toneladas de dióxido de carbono. Finalmente aparece el programa Revitamon para minimizar los impactos ambientales generados durante el transporte mediante la plantación de 34 mil plantas (16 mil de las cuales ya se plantaron en Brasil en 2016).
El compromiso de las marcas ligadas al agro con las comunidades cobra cada vez más relevancia. La opinión pública misma es quien audita y hace necesario que las firmas cumplan con los objetivos que se trazan. Lo interesante de la presentación de los reportes de sustentabilidad de estas empresas es ver que van cumpliendo los objetivos que se plantean. Porque, en su mayor parte, beneficiarán a los accionistas pero especialmente a las comunidades en las que trabajan.