Perfil (Sabado)

Chávez y Suar se lucen sobre el escenario

- ANA SEOANE

Conociendo la dramaturgi­a de Julio Chávez no extraña que se haya focalizado nuevamente en un conflicto familiar, lo antecede Rancho (una historia aparte) o La de Vicente López, por nombrar sólo dos de sus textos más exitosos. Aquí se sumó Camila Mansilla y la colaboraci­ón de Santiago Loza, reiterando el equipo que se había iniciado con Suspiros. El subtítulo elegido para Un rato con él fue “nada más falso que la verdad” y casi anticipa parte del final. Los protagonis­tas son dos hermanos, que tuvieron el mismo padre, aunque distinta madre pero no están solos en el escenario. El conflicto surge a partir de la división de bienes, por lo cual los respectivo­s abogados y un quinto personaje –que no hay que revelar– serán de la partida en esta primera parte del juego escénico.

Con una diferencia de edad que supera los diez años, cada uno de estos protagonis­tas tendrá recuerdos distintos del mismo pasado. Competenci­a, humores y personalid­ades diferentes dan como resultado vidas que corrieron suertes diversas. La pregunta que flota es ¿qué es el amor filial?, más aún cuando ellos no han vivido bajo el mismo techo. Es ésta una obra de vínculos, por eso es tan importante la relación que transmiten ambos intérprete­s. La mano del director Daniel Barone se presiente en el manejo de los tiempos, logra que cada uno con sus caracterís­ticas actorales pueda lucirse sobre el escenario. Julio Chávez ya demostró en muchas ocasiones que puede interpreta­r desde mujeres hasta asesinos que cantan y siempre con el mismo talento actoral. Y a su lado con seguridad y caminando el camino de la comedia sin desbordes está Adrián Suar. Entre ellos por momentos hacen de árbitros Marcelo D’Andrea y Manuela Pal, y en el otro personaje que más comicidad suma, Francisco Lumerman.

La imponente escenograf­ía de Jorge Ferrari se explica en cuanto se desarrolla la acción. Esa casa es deseada, su escalera y sus maderas evidencian una calidez engañosa. La iluminació­n de Eli Sirlin permite subrayar el paso del tiempo, de manera sutil pero efectiva. Lo único que extraña es que el gran sonidista que es Gastón Briski, aquí secundado por Alejandro Zambrano, no haya encontrado otro camino que los micrófonos en la cara de los actores. Se los ve y presiente innecesari­os para el escenario de este teatro, que albergó tantos musicales. Un rato con él muestra heridas que pasan a ser resentimie­ntos, con mucho de malentendi­dos que suelen suceder. No hay verdades en los vínculos, hay encuentros y desencuent­ros. “Nada más falso que la verdad” ni tan verdadero como el teatro hecho por profesiona­les.

 ?? FOTOS. GZA. VANESABAFA­RO ?? HERIDOS. Suar y Chávez interpreta­n a dos hermanos justo en el momento de cobrar la herencia.
FOTOS. GZA. VANESABAFA­RO HERIDOS. Suar y Chávez interpreta­n a dos hermanos justo en el momento de cobrar la herencia.
 ??  ?? ELENCO. Chávez, Suar, Manuela Pal, D’Andrea y Lumerman.
ELENCO. Chávez, Suar, Manuela Pal, D’Andrea y Lumerman.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina