El desafío exterior de Macri: pasar de las fotos a los resultados concretos
El presidente Mauricio Macri sumó una nueva estampa a su álbum de reuniones internacionales. Sin embargo, también marca el inicio del verdadero desafío de la administración Cambiemos en política exterior: llega la hora de jugar un rol en el concierto internacional e influir en los grandes debates mundiales.
Las fotos con líderes y los gestos de apoyo a las “reformas” de mandatarios tan dispares como la canciller alemana y el presidente Donald Trump son un recurso condenado a agotarse. Esta semana llegará al país el primer ministro de Portugal, el socialista António Costa. Pasará con toda seguridad desapercibido por llegar a la zaga de apellidos como Obama, Hollande o la propia Merkel.
La “vuelta al mundo” dejó ya de ser una novedad. Ahora toca mostrar resultados concretos con un rol influyente en los grandes foros multilaterales. La 11a reunión ministerial de la OMC (diciembre 2017) y la reunión de mandatarios del G20 de 2018, que se realizarán en Buenos Aires, pondrán a la diplomacia macrista en el centro de la escena.
Allí no habrá más márgenes para traspiés, como el que cometió el Presidente tras su encuentro con la primera ministra británica, Theresa May (Macri habló de un acuerdo para negociar el tema Malvinas que fue desmentido de inmediato). También se pagará un costo cada vez que se tome partido por una u otra posición internacional en temas delicados, como la apertura comercial internacional y los tratados medioambientales que enfrentan a la Unión Europea con los Estados Unidos.
Esta semana, junto a Merkel, Macri dio un fuerte gesto de apoyo al Acuerdo de París sobre el cambio climático. Ocurría una semana después de que Trump anunciara la salida de Estados Unidos del tratado.
¿Podrá Macri mantener la buena sintonía con el excéntrico mandatario y alinearse a su vez con la posición europea? ¿Qué ocurrirá cuando países con liderazgos antiglo- balización bloqueen los avances en acuerdos comerciales internacionales? Con la Argentina como anfitrión, cada gesto y palabra del gobierno argentino será magnificada y medida contra los intereses contrapuestos de quienes quieren avanzar en mayor apertura y quienes buscan poner un freno a esta tendencia.
Además del rol internacional, la actual administración deberá pasar de los gestos a los resultados.
El desafío más cercano es cumplir el objetivo de un avance público y notorio en las gestiones entre la UE y el Mercosur para alcanzar un acuerdo comercial y un convenio político.
Las reuniones de la OMC y el G20 pondrán al país en el centro de la escena mundial