Polémica con el presidente del TSE
La controversia también dijo presente en la audiencia donde el Tribunal Superior Electoral (TSE) decidió ayer la suerte del gobierno de Temer. El presidente del cuerpo, Gilmar Mendes, había propiciado en 2015 la apertura del proceso de investigación contra la fórmula presidencial electa, pero ayer cambió de parecer y desempató la votación, evitando así la destitución del jefe de Estado. “Me equivoqué”, explicó.
Hace dos años su postura había sido tan determinante como ayer, pero en sentido inverso. El magistrado que salvó a Temer había evitado que la anterior relatora del caso, Maria Thereza de Assis Moura, archivara la denuncia del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), derrotado en las presidenciales de 2014. Por aquel entonces, Mendes afirmó que había indicios suficientes para abrir una investigación que “indagara la verdad de los hechos”. Tras la destitución de Dilma Rousseff, el juez cambió de opinión y afirmó que no había pruebas suficientes de que se hubieran cometido delitos en la campaña.
Mendes llegó al Supremo Tribunal Federal (STF) en 2002, designado por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso. En 2009 mantuvo una acalorada discusión con el ex juez Joaquim Barbosa, que lo increpó por no reabrir el debate de una decisión en la que su par no había votado. “Su Excelencia está destruyendo la credibilidad del sistema judicial brasileño en los medios. Su Excelencia, cuando se dirige a mí, no está hablando con sus matones de Mato Grosso”, disparó contra Mendes.