Vero tendrá siempre el pelo negro y lacio
Hace unos meses d i sc ut ía mos con Gabr iela Franco, editora de todas mis novelas juveniles y de adultos, de qué color es el c abel lo de Veró - nica Rosenthal, protagonista de La fragilidad de los cuerpos y de otras dos novelas ( Las extranjeras y No hay amores felices). Nadie conoce mejor mi obra que Gabriela, capaz de citar detalles que yo ya no recuerdo haber escrito. Y, sin embargo, no nos pusimos de acuerdo con el color de pelo de nuestra heroína. ¿Es rubia, pelirroja, castaño claro? Lo que queda claro es que a partir de ahora Verónica Ro- senthal tendrá para la mayoría del público el pelo negro y lacio de Eva de Dominici. No hay dudas de que Vero salió ganando en su versión audiovisual.
Si algo se aprende enseguida al ponerse en contacto con el mundo de la televisión es que no hay acto creativo individual. Mientras mis novelas las escribo sin tener que rendirle cuentas a nadie, la creación de una serie es un tour de force entre guionistas, director, actores, editores y productores. El escritor que quiera mantener su obra lejos de la influencia de todos estos profesionales se las va a ver SERGIO OLGUÍN* en dificultades insalvables. Pasar al lenguaje audiovisual, ajustar las historias a un formato semanal y mantener el espíritu del libro es un trabajo para la creatividad del equipo televisivo. Los autores sobramos, ya hicimos lo nuestro antes: cuando conseguimos atrapar la atención de esa gente.
La fragilidad de los cuerpos, la serie, tiene vida gracias al laburo hecho por Marcos Osorio Vidal –guionista–, Miguel Cohan –director– y el resto del equipo. Supieron respetar la esencia de la novela agregándole aristas y matices que la enriquecieron. El autor, agradecido.