TRAS EL MAMUT
Con 652 kilómetros de pasillos, la cueva Mammoth es la más larga del mundo. Se recorre con guía y en algunos tramos se camina a 75 km de profundidad.
Como la ruta que une Buenos Aires y Córdoba, así es Mammoth Cave, en Kentucky, la cueva más larga del mundo. Algunos tramos, a 75 metros de profundidad.
El guardaparques Bobby Beams saca un pequeño encendedor del bolsillo de su pantalón y gira hacia la caja de distribución de luz. Un clic y la iluminación eléctrica en el techo de la cueva se apaga. De repente, está totalmente oscuro a unos 75 metros bajo la superficie del Parque Nacional Mammoth Cave, en el sur de Kentucky. El encendedor forma parte del equipo básico de los guardabosques en el parque nacional. El sistema de pasillos, galerías y escaleras es demasiado intrincado. Mammoth Cave es la cueva más larga del mundo y la visitan 520 mil turistas por año. Fue declarada Parque Nacional en 1941. Hasta el momento se descubrieron en ella 652 kilómetros de pasillos, más o menos la distancia entre las ciudades argentinas de Buenos Aires y Córdoba. Los geólogos creen que en realidad el sistema de cuevas es bastante más largo. Desde hace siete millones de años, el río Green cava su lecho cada vez más profundamente en las montañas, y también arrastra cada vez más hacia abajo las corrientes subterráneas. En varios niveles se formaron grandes salas y estrechos pasos por la fuerza erosiva del agua. En el centro de visitantes se ofrecen varias excursiones. Algunas sólo duran treinta minutos, otras hasta seis horas y media. Una de las más populares es la caminata llamada “Domes & Dripstones”, de dos horas, que Bobby Dreams va a realizar este día con los turistas. Una cosa está clara: esta excursión no es recomendable para personas que sufren de vértigo o claustrofobia. “Estamos a gran profundidad de la superficie. Si alguien se ve en apuros aquí, no puede escapar fácilmente”, aclara Beams. La caminata permite hacerse una buena idea de cómo se formaron las cuevas por la acción del agua desde hace siete millones de años. La excursión termina con una visita a la formación rocosa Frozen Niagara. La roca, que tiene el aspecto de una gigantesca catarata petrificada, es uno los motivos más fotografiados en el parque. Quien sólo tenga tiempo para una excursión por la cueva debería optar por el “Historic Tour”, un recorrido de 3,2 kilómetros que dura
Caminos compactos discurren por salas altas como catedrales
dos horas y comienza cerca del centro de visitantes. La entrada natural a la cueva fue descubierta en la década de 1790 por los primeros colonos blancos. A diferencia de otras excursiones, el recorrido ofrece al principio mucho espacio a los participantes: caminos compactos discurren por salas altas y anchas que recuerdan a catedrales, hasta llegar al Giant’s Coffin, una piedra gigantesca donde se hace estrecho el sendero. Poco después, el camino pasa sobre un pozo de 32 metros de profundidad, el Bottomless Pit, y termina en el impresionante Mammoth Dome, a una altura de casi cien metros. Durante el recorido, la guardabosques Susan M. Rasche cuenta cómo usaron la cueva los aborígenes americanos, que hace 5 mil años extraían yeso de esta caverna, y los colonos blancos, que sacaban de la Mammoth Cave salitre que necesitaban como componente de la pólvora durante la guerra angloestadounidense de 1812. Las primeras excursiones por la cueva ya se organizaron en 1816. Fue el inicio del desarrollo turístico de la región. Durante algún tiempo, alrededor del año 1842, se intentaba, sin éxito, curar en la cueva a enfermos de tuberculosis. En 1908, la Mammoth Cave fue por primera vez cartografiada. Pero el nombre Mammoth Cave sigue siendo un misterio: “Aquí nunca han encontrado huesos de mamut”, dice Rasche.