LA PELEA BRUTAL CON SU COMPETIDOR, AMAZON
En la eterna lucha entre el éxito y el fracaso, más allá de la redefinición de esos conceptos que ha generado Netflix, hay shows como Iron Fist que presentan una ruptura: fue muy mal recibida por público y crítica, pero es parte de un rompecabezas que implica tres series anteriores ( Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage) y una comunal a estrenarse en agosto ( The Defenders). No sólo eso: es además una conexión con un fenómeno cool y vendedor como los superhéroes de Marvel Comics. Es imposible pensar en la muerte del personaje, pero ¿es posible que haya una segunda serie? Ahí se da otra clave: la forma en que Netflix vende sus series. Reed Hastings, CEO de la compañía, al hablar de su principal competidor, Amazon, lo dejó en claro de una forma brutal: “Nosotros queremos ser Starbucks y ellos WallMart”. Es decir, Netflix busca un contenido específico industrial y vendible y Amazon ser un literal supermercado de productos, entre ellos el entretenimiento sofisticado (no olvidar cómo sedujeron a Woody Allen para que realizara una serie). Lo que sorprende es cómo la cancelación de una serie como Sense8 fue presentada como algo que habla bien de la compañía. La vicepresidenta de contenidos, Cindy Holland, celebró el show diciendo que era lo que los fans soñaron que sería. Aun así, el show hoy no existe y los fans ruegan que otra cadena lo siga. En ese sentido, la declaración muestra la importancia que da Netflix para que su imagen no se vea de forma negativa al cancelar un show.