Tres Arroyos ofrece la opción de mar y campo para disfrutar todo el año
Con fuerte impronta agrícola-ganadera, la ciudad bonaerense ofrece más opciones que las clásicas playas en el verano. Un destino cercano.
Tre Arroyos se encuentra ubicada en el sudeste bonaerense, a 500 km de la Ciudad de Buenos Aires y apuesta al turismo para difundir los atractivos naturales, el patrimonio arquitectónico y cultural, su arte, la sabrosa gastronomía y su preciada geografía surcada por ríos a orilla del mar. Motivos sobran, por eso los invito a conocer el partido de Tres Arroyos, donde lo urbano se encuentra en conjunción con lo rural. “Proponemos una apuesta integral de turismo porque si bien nuestro destino fuerte es la costa (Claromecó, Reta y Orense), nuestros destinos rurales son complementarios. Nos caracteriza una fuerte impronta agrí- cola-ganadera porque estamos en plena zona núcleo de trigo. Desde hace 48 años se realiza aquí la Fiesta Provincial del Trigo, pero queremos acoplar esta identidad del campo a la oferta de sol y playa”, indicó a Super Campo Pablo Ledesma, director de Turismo. Además indicó: “Estamos armando un corredor entre Reta y Copetonas, donde en apenas 10 minutos se puede recorrer una propuesta de mar y campo que no se encuentra a menudo”, comentó.
Los cielos de esta región proponen coloridos amaneceres y atardeceres en el mar e invitan a los viajeros a conocer destinos nuevos y tranquilos. La ciudad cabecera es muy antigua y próspera desde siempre, por este motivo, pueden verse edificios de cúpulas muy interesantes, entre ellos la Municipalidad, la plaza, entre otros. Vale agregar que los edificios históricos de Tres Arroyos lo convierten en un atractivo destino para los amantes del turismo urbano y de los pueblos del interior de la provincia de Buenos Aires.
El ritmo citadino es intenso pero con la impronta de ciudades rodeadas de campos productivos con tradición rural, muy iluminada por las noches y con muy buena gastronomía para saborear.
Recorrer el Museo de Bellas Artes sobre la avenida Moreno sorprenderá al visitante con la Colección Permanente de Arte Argentino: Spilimbergo, Quinquela Martín, Castagnino, Guttero o el Museo del Automóvil José Abel Del Vecchio propone la fascinación de la colección de automóviles clásicos y de competición, motocicletas, documentos y fotografías de una época donde el automovilismo recorría polvorientos caminos rurales.
Para terminar la semblanza de la zona, me gustaría acercar una imagen de Copetonas, destino que es una combinación de pueblo rural con campo, mar y río.
Debe su nombre a la perdiz copetona que identifica al pueblo con un estilo de vida opuesto a las grandes ciudades.
Desde el Museo se organizan recorridos que desnudan la historia y cultura del pueblo. La Fiesta del Mate y la Torta Frita, sus estancias, las jineteadas y destrezas criollas, los cuchillos con cabos en asta de ciervo y bronce, la elaboración de plumones y accesorios para playa, los dulces, conservas, productos de granja y el cicloturismo. Otro pueblo rural para visitar y saborear es San Mayol y la magia del río Quequén Salado o Mulpunleufú, uno de los cursos de agua más importantes de la provincia de Buenos Aires. Para quienes gustan de la fotografía están invitados a recorrer Cascallares y San Francisco de Bellocq, otros bellísimos pueblos rurales.