Bullying universitario.
Con carteles pegados en las facultades o vía redes sociales, hubo episodios en la Unsam, la UCA y la Barceló, entre otras. Docentes coinciden en que “se denuncian poco por vergüenza”.
Cuatro de cada diez alumnos de facultades del país son hostigados.
En la escuela de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), un grupo de estudiantes “escrachó” a un alumno con carteles en los pasillos de la institución. En ellos aparecía su foto, nombre y apellido, y se lo acusaba de “estafador” por estar becado, y aun así, poder viajar a un evento en Rusia. La “campaña” de ataque se repitió durante varios días. ¿Las consecuencias? Ese alumno bajó su rendimiento y dejó de participar en actividades sociales por un tiempo.
Se trata de un episodio –pero no el único– que claramente puede denominarse maltrato estudiantil (o bullying), y que suele estar asociado a las etapas primarias y secundarias, pero de a poco empieza a reproducirse también en las casas de altos estudios. “A pesar de que el episodio nos tomó por sorpresa, reaccionamos rápido y de forma colectiva, e iniciamos una investigación. Aunque no podamos encontrar a los culpables, sí podemos dejar sentado un precedente en la facultad”, explica María Matilde Ollier, decana de esa institución.
“Aunque no sea muy conocido, el bullying universitario existe porque es algo transversal a la sociedad que no distingue edades o niveles de estudio”, explica Francisco Arri, director del área de educación de la Universidad del Salvador (USAL). En 2014, la organización Bullying sin Fronteras publicó las primeras estadísticas en un informe que determinó que cuatro de cada diez alumnos alegaban haber sido víctimas de algún tipo de hostigamiento. Para llegar a esos resultados, se relevaron 2 mil estudiantes de 43 facultades públicas y 24 privadas.
“Cada vez tenemos más consultas de este tipo, y la problemática ya se volvió un tema de conversación”, asegura María Inés García Pipa, coordinadora general del programa de tutorías de la UCA, donde también se dio el caso de un alumno al que hostigaron en forma recurrente a través de los posteos de sus redes sociales personales. Y confirma que “no se reciben más denuncias” porque “generalmente, los jóvenes no se animan a
Según un informe, 4 de cada 10 alumnos alegaron ser víctimas de hostigamiento “Los jóvenes creen que, como están en un ámbito más adulto, deben resolverlo solos.”
plantear lo que les pasa. Creen que, como están en un ámbito más adulto, es un tema que deben resolver solos”. Las razones. A diferencia de las escuelas, las universidades son espacios donde convergen personas que vienen con culturas y formaciones muy distintas. “Se tiene que aprender a convivir con la heterogeneidad de los compañeros, y eso produce conflicto”, explica Jorge Calzoni, rector de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). García Pipa
coincide y afirma: “Esto suele darse en los primeros años de la carrera, donde todavía subsisten algunas características más propias de la adolescencia que de la adultez”.
Por otro lado, según los educadores, las nuevas tecnologías, especialmente las redes sociales, se convirtieron en las herramientas preferidas por los agresores. Así sucedió con Natalia Treglia, una alumna de 2º año de medicina en la Fundación Barceló, quien recibió un ataque a través de un mensaje anónimo de Facebook. “Tuve un accidente cuando era muy chica que afectó mis manos, y esta persona me agredió porque no podía creer que yo siguiera medicina con mi condición”, explica Treglia, quien finalmente decidió no denunciarlo ante las autoridades académicas.
Para los expertos del sector, el concepto de bullying todavía es nuevo y las acciones de con- cientización las decide cada facultad, entre talleres y capacitaciones enfocadas en la contención de la víctima, la reflexión grupal y formación docente. Es una problemática que está en agenda, e incluso, este año, la USAL realizó una jornada para prevenir la violencia en facultades. “El contexto actual nos obliga a repensar nuestro rol como educadores, y a debatir los conflictos relacionados con violencia y agresión, que se producen en las familias y a nivel social y que luego se manifiestan en las aulas”, concluye Máximo Paz, decano de Comunicación.