Camporistas y un asesor ecuatoriano, detrás de la comunicación de Cristina
Además de los consejeros tradicionales en materia de propaganda política, Fernández de Kirchner incorporó a Vinicio Alvarado Espinel, ex funcionario de Rafael Correa.
Nada fue librado al azar. El estilo moderado y cálido adoptado por Cristina Kirchner para su reaparición pública en el estadio de Arsenal, que llegó a compararse con la estética proselitista del PRO, escondió detrás un equipo de comunicación que combinó caras conocidas del kirchnerismo con nuevos protagonistas.
La presentación de “testigos” de los perjudicados por el modelo económico de Cambiemos fue, esencialmente, una idea de la ex presidenta, aconsejada por un grupo de comunicadores de La Cámpora que la habían acompañado durante la gestión. También intervino el publicista Enrique “Pepe” Albistur. Y a la distancia recibió recomendaciones de Vinicio Alvarado Espinel, ex funcionario de Rafael Correa y jefe de campaña del presidente electo Lenín Moreno.
Alvarado fue contactado por Oscar Parrilli, el ex jefe de los espías. Pero en el entorno de la ex presidenta sostienen que, por la personalidad de ella, no hay espacio en el kirchnerismo para un consultor “estrella”, como ocurre con Mauricio Macri y Jaime Duran Barba.
En el terreno local, La Cámpora tiene influencia a través de Santiago “Patucho” Alvarez, ex presidente de la agen- cia de noticias Télam. Aunque todos responden al vocero del mundo K, Hernán Reibel Maier, ex subsecretario de Comunicación Pública.
Las encuestas que mira la ex presidenta son de la consultora Analogías, ligada a La Cámpora a través de un empresario que se dedica a las redes sociales (ver recuadro). Aunque también mira los análisis que le llevan Artemio López y Roberto “Tito” Bacman. Con Doris Capurro las cosas no quedaron bien. Algunos vínculos de la encuestadora con empresas en teoría “enemigas” del kirchnerismo la dejaron fuera del mundo kirchnerista.
Una figura importante cerca de la ex jefa de Estado es Anita Montanaro, que maneja sus redes sociales. A veces generando ella misma los contenidos, en otros casos volcando lo que le pide CFK. Pero aunque provoca resistencia dentro y fuera de La Cámpora (está enfrentada con el realizador audiovisual Tristán Bauer, entre otros), mantiene la relación directa con la ex presidenta. Javier Grosman, el autor intelectual de Tecnópolis, no perdió contacto con el mundo K, pero está fuera de la toma de decisiones. Quien sí acompaña con sus consejos a la ex jefa de Estado es Jorge Héctor “Topo” Devoto, director de cine y publicista, creador de la película sobre Néstor Kirchner.
Pese a que a primera vista la estética austera del escenario usado por Cristina Kirchner el martes y también el tono del discurso generaron buena repercusión, el kirchnerismo quiere medir su impacto para incorporar correcciones antes de empezar la campaña. Sin embargo hubo ingredientes propios de la personalidad de la ex presidenta. Una de las cuestiones que sobresalieron durante el acto en Avellaneda fue la decisión de CFK de criticar directamente, aunque sin nombrarla, a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. Uno de los objetivos de la campaña es intentar dañar la buena imagen del as de espadas del PRO.
En el entorno de CFK imaginan una campaña con pocos actos masivos y más encuentros personales con los vecinos del Conurbano, donde la ex presidenta tiene buena ascendencia y donde, según ella, hay más problemas por la lenta marcha de la economía.
Preparan pocos actos masivos y más encuentros personales de los candidatos