“Será difícil oponerse a la nueva Ley de Cultos”
El secretario de Culto, Santiago de Estrada, es uno de los funcionarios con más experiencia en la gestión pública de Cambiemos. Se especializó en temas previsionales y ocupó cargos relacionados con el sistema jubilatorio en la dictadura y con Carlos Menem. Con Alfonsín, fue por cinco años embajador en la Santa Sede. Se acercó a Macri en 2003, cuando era legislador y luego trabajó en la Auditoría de la Ciudad. Impulsa una reforma de la ley de cultos que cuenta con un fuerte consenso de organizaciones religiosas, pero deberá enfrentar, en un año electoral, un proceso legislativo en el que han fracasado ya varios intentos de reformas. El se muestra confiado.
—¿Se consultó al Papa antes de presentar el proyecto?
—El ha sido un impulsor permanente de este tipo de acuerdos entre cultos. Ahora lo hace desde Roma a nivel mundial. Y eso ha facilitado las cosas. Pero no hubo una consulta directa. Hablamos con la Conferencia Episcopal Argentina, como corresponde. Pero es muy probable que algún obispo haya hablado del tema con el Papa y que él haya dado su opinión.
—¿Por qué no se consultó a organizaciones laicas?
—El planteo nuestro es que hagan su aporte en el Congreso.
—¿Qué cambios traerá para las organizaciones religiosas?
—Lo más importante es que pasamos de la obligatoriedad de la inscripción a la volunta- riedad. El registro se mantiene. Pero no es obligatorio. Quien se inscribe entra dentro de un sistema que le otorga algunas ventajas, como exenciones impositivas y el control de la personería jurídica a cargo de la Secretaría de Culto.
—El caso José López reavivó los temores de que se use una institución religiosa para encubrir delitos…
—El nuevo Código Civil establece que las entidades religiosas tienen una personería jurídica religiosa. Teóricamente esa personería tiene que controlarla la Inspección General de Justicia (IGJ), algo que en la práctica no ocurre. La ley define que todas las instituciones pasan a ser controladas por la Secretaría de Culto en lugar de la IGJ. Se establecerán los pedidos de balances, informes y se ejercerán facultades de control.
—¿Se contratará personal con este fin? —El menos posible. —La introducción de la objeción de conciencia puede chocar con otros derechos, como el de la atención médica o el aborto no punible.
—El caso más visible sobre el que se va a hablar es el aborto. Pero hay muchos casos de obje- ción de conciencia. Después en la práctica y la interpretación judicial todo esto se va a aclarar. El principio es fundamental e importante. Puntualmente, en el caso del aborto, la objeción de conciencia ya está prevista en el protocolo vigente sobre aborto no punible y en tratados internacionales reconocidos por la Constitución.
—Lo que ocurre en un año de elecciones se lee en clave electoral, y este proyecto llega cuando cierran las listas.
—Para nosotros no es un tema político, porque el proyecto lleva la firma del Gobierno pero es un proyecto de los cultos, con los cuales se consensuó. Pero es verdad que todo se lee en esa clave y en un año electoral, si todos los cultos están de acuerdo, será difícil oponerse.
—¿Se definió con Presidencia el momento de la presentación?
—El proyecto lleva la firma del Presidente, del jefe de Gabinete y los ministros. Creo que con decir eso es suficiente.
“La inscripción de las organizaciones religiosas pasaría de obligatoria a ser voluntaria.”