Frialdad de la UE ante la primera propuesta de May por el Brexit
“No es lo que esperábamos”, dijo Angela Merkel sobre el plan de Londres para los comunitarios que viven en el Reino Unido.
La Unión Europea y Gran Bretaña tropezaron ayer en el primer tema a negociar del Brexit: la protección a los derechos de sus ciudadanos, poniendo en evidencia los problemas que enfrentarán en sus discusiones maratónicas.
La premier británica, Theresa May, presentó el jueves en la cumbre de la UE su propuesta sobre la situación tras el Brexit de los comunitarios residentes en Gran Bretaña.
May prometió que ninguno de los 3,2 millones de ciudadanos de la UE que residen legalmente en Reino Unido deberá dejar el país después de la salida de Londres de la Unión, sino que podrán obtener un estatus legal garantizado de forma permanente.
La oferta incluiría tratamiento igualitario con los británicos en cuestiones como salud pública, educación, beneficios sociales y pensiones. Dudas y rechazos. Pero los líderes comunitarios recibieron con una mezcla de escepticismo y frialdad la oferta británica.
Para Angela Merkel, la propuesta “no es lo que esperaba la UE”, porque no respeta las cuatro libertades fundamen- tales europeas: la libre circulación de bienes, de personas, de servicios y de capital. Si no hay garantías al respecto “habrá repercusiones”, alertó la canciller alemana, para quien “nos queda aún un largo camino por delante” con el Brexit.
“Mi primera impresión es que la oferta del Reino Unido no cumple con nuestras expectativas”, dijo por su parte el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
May defendió su propuesta como “muy justa y seria”, y pidió que los ciudadanos británicos que residen en la UE obtengan garantías similares. “Quiero asegurar a todos los ciudadanos de la UE que están en Reino Unido, que han hecho sus vidas y formado un hogar en Reino Unido, que nadie se tendrá que marchar, no queremos ver familias separadas”, dijo May.
Sin embargo, no se refirió a la continuación de la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), como había pedido la UE. “Desde nuestro punto de vista, (los derechos) están consagrados en las leyes británicas y serán aplicadas por los tribunales británicos (...) y, por supuesto, por las leyes internacionales”, dijo May. Poco tiempo. Pese a la atención puesta en el Brexit, Tusk reveló que el tema ocupó poco tiempo en la cumbre de dos días en Bruselas, que se centró más en temas como seguridad, globalización descontrolada o migración ilegal.
Para afrontar la crisis de refugiados en el Mediterráneo, Tusk pidió mayores esfuerzos a sus socios comunitarios. “El único resultado que cuenta realmente es el final definitivo de esta situación trágica”, señaló. Los países de la UE deben apoyar mejor a Italia, adonde llega la gran mayoría de los migrantes que viajan a Europa ilegalmente desde el norte de Africa.
Antes, el presidente francés, Emmanuel Macron, había criticado a los países del este de Europa por negarse a participar en la reubicación de refu- giados de Grecia e Italia para repartir mejor las cargas en el seno de la UE, en el marco de una disputa que ha durado años.
Tras reunirse con Macron, los líderes de Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia acordaron que el “respeto mutuo” debería ser la base de su cooperación, dijo el premier húngaro, Viktor Orban.