Hay que minimizar las pérdidas
De acuerdo con las evaluaciones de eficiencia de cosecha hechas por el INTA en la última campaña, quedaron tiradas en el campo 2.214.000 toneladas de grano valuadas en más de 763 millones de dólares. En soja, con un rendimiento medio superior a los 32 qq/ha, pero con un nivel de pérdidas de cosecha promedio de 138 kg/ha, es decir que quedó en el rastrojo el 4,3% de la producción promedio de cada hectárea. “Esta situación obliga a que productores, técnicos y contratistas debamos trabajar en conjunto para reducir significativamente estos valores, que repercuten de manera significativa en los márgenes económicos de cada productor y el país”.
En muchos casos, estas pérdidas en la recolección se produjeron como consecuencia de eventos climáticos que complicaron el tránsito de las cosechadoras sobre los lotes causados por las lluvias registradas en los primeros meses del año. Sin embargo, desde el Módulo Eficiencia de Granos del INTA sostienen que “muchas máquinas axiales de mediana edad registraron un nivel de pérdidas superior a las tolerancias establecidas por INTA en cultivos que se presentaban en óptimas condiciones de cosecha”.
La principal causa fue porque estas unidades presentaban falta de trabajos de mantenimiento o un estado inadecuado de algunos mecanismos. Los técnicos del INTA recomiendan revisar y controlar en todas las máquinas el estado de los principales elementos que componen la cosechadora, como el embocador, el rotor o cilindro y las camisas o cóncavos, entre otros. Esto enciende una luz de alerta para los productores agropecuarios, ya que significa que parte de la rentabilidad potencial de los cultivos se perdió en la última etapa del cultivo por no haberse tomado algunas medidas que ya deberían ser básicas. Además, quedó tirado en el campo parte del esfuerzo hecho en elegir los cultivares más rendidores, sembrarlos en la fecha y dosis correctas y con los tratamientos sanitarios necesarios.