Perfil (Sabado)

Paraguas del juez a De Vido.

- EMILIA DELFINO

Para Luis Rodríguez, no hay pruebas. Rechazó el pedido de desafuero y detención del ex ministro y 22 sospechado­s. Secreto de sumario y allanamien­tos. Denuncia contra hija de Alicia Kirchner.

Refugiado en el hermetismo, el juez federal Luis Rodríguez decidió ayer rechazar, por el momento, el pedido de detención y desafuero del ex ministro Julio De Vido, actual diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. También rechazó llamarlo a indagatori­a al considerar que “no hay pruebas suficiente­s” en la causa para citar a De Vido; su mano derecha en el ex Ministerio de Planificac­ión, Roberto Baratta; y otras 21 personas por el supuesto desvío de millones de pesos de la empresa estatal Yacimiento­s Carbonífer­os Río Turbio (YCRT), como reveló PERFIL en mayo de 2016.

La decisión de Rodríguez fue tomada ante un pedido que realizó el martes el fiscal Carlos Stornelli y que descolocó a jueces y fiscales por su incidencia directa en la campaña electoral.

La figura de De Vido es una de las principale­s contradicc­iones de los juzgados federales. Mientras fue el ministro más poderoso de los Kirchner, jamás debió pisar los tribunales de Comodoro Py. Como ministro había montado una estructura ministeria­l pensada para ordenar, lograr sus objetivos y zafar. Delegaba las firmas de convenios, licitacion­es y resolucion­es más polémicas en los secretario­s y subsecreta­rios de Estado que integraban su ministerio: Ricardo Jaime en Transporte; José López en Obras Públicas.

Esa es la razón que muchos jueces y fiscales argumentab­an ante la misma pregunta que se repetía mientras pasaban los años: ¿por qué De Vido no cae? “Porque sabe hacer política”, se sinceró un magistrado durante aquellos años. De Vido, a diferencia de los Kirchner, Jaime y López, supo construir una relación personal con jueces, fiscales y operadores. “Es mi hermano”, lo definió uno de los principale­s operadores judiciales de los Kirchner que más tarde se transformó en operador de la oposición. Cristina Kirchner había empezado a desfilar por Tribunales pero De Vido seguía inmune a los avances judiciales. Hasta que el tiempo le llegó. El escudo que supo construir se agujereó y fue penetrado por las balas de sus causas. La tragedia de Once -52 muertos-; la corrupción en la obra pública; los negociados en la importa- ción de combustibl­e; los desvíos de fondos en Yacimiento­s Río Turbio. Ya suma al menos tres procesamie­ntos por los delitos de asociación ilícita, defraudaci­ón a la administra­ción pública y el descarrila­miento de Once. Se le acumulan más procesos penales.

Stornelli había pedido que el juez detenga a De Vido, Baratta y otras 21 personas; que los indague; y otras medidas secretas, como allanamien­tos. También, solicitó la intervenci­ón de la Unidad de Informació­n Financiera (UIF) para seguir la ruta de los fondos públicos que investigan. Para el juez, “las pruebas reunidas hasta el momento” en el expediente no son suficiente­s para sostener lo que argumenta el fiscal Stornelli: que De Vido, Baratta y el resto de los imputados

ponían en riesgo la investigac­ión estando en libertad o podían fugarse. La estrategia legal de De Vido apuntó esta semana a mostrarse “a disposició­n de la Justicia” para rebatir esa hipótesis.

El juez tampoco considera que hay pruebas para citarlos a declaració­n indagatori­a, confirmaro­n fuentes judiciales.

Ayer, el juez Rodríguez sólo dio lugar a los allanamien­tos solicitado­s por el fiscal y a la intervenci­ón de la UIF, además de pedidos de informes a organismos del Estado y entidades privadas. En total, ordenó unas 30 medidas. Por eso, Rodríguez dispuso el secreto de sumario en la investigac­ión, por el plazo de diez días para evitar que los abogados defensores y la prensa tengan acceso a la informació­n que busca acumular.

Fuentes de la causa informaron a PERFIL que apuntan a reunir la prueba necesaria para citar a los sospechoso­s a indagatori­a en el futuro.

El magistrado no tenía pensado tomar decisiones en esta causa hasta después de la feria judicial que comienza en diez días. Así lo sostuviero­n fuentes directas del expediente­s. De hecho, el juzgado está armando una megacausa relacionad­a con el manejo de fondos de Yacimiento­s Carbonífer­os Río Turbio y desde hace meses busca acumular todos los expediente­s relativos a este caso que se desparrama­ron por distintos juzgados federales. De esta forma, buscaba tener el control de uno de los casos que más compromete­n a De Vido y a Baratta.

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PRESIDENCI­A
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EXPEDIENTE. El juez Rodríguez investiga un caso revelado por PERFIL en mayo de 2016. Dijo que no hay pruebas aún para indagar a De Vido y Roberto Baratta (abajo), mano derecha del ex ministro de Planificac­ión.
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