Recorrió 40 países durante diez años y ahora “se cansó de viajar”
Aniko Villalba escribió un blog y libros con los relatos de sus aventuras. Se instaló en Francia y quiere una “rutina normal”.
“Me cansé de viajar”. Con ese mensaje, Aniko Villalba (31), la famosa trotamundos argentina que durante diez años recorrió 40 países, se quedó en más de 200 casas de familia y hasta se enamoró, sorprendió a sus seguidores. “Vivir viajando era mi sueño, pero cuando se convirtió en una rutina, dejó de tener sentido”, confiesa Villalba.
La joven, que documentó cada una de sus aventuras en páginas web, libros y artículos para revistas, decidió echar raíces en Francia y de- dicarse de lleno a la escritura, su otra pasión.
En 2008, Aniko tenía 22 años y recién se recibía de la carrera de Comunicación Social, cuando se tomó el primer colectivo a Bolivia. Al poco tiempo, decidió irse a recorrer varios destinos de Latinoamérica, y ya para su tercer viaje, la aventura continuó en el sudeste asiático. Al principio, sólo llevaba una mochila y una cámara de fotos, pero cuando se dio cuenta de que quería convertir los viajes en su forma de vida, armó su primer blog, ‘Viajando por ahí’. Al poco tiempo, empezó a sumar miles de fans alrededor del mundo. Tiene más de 68 mil seguidores en Facebook y más de 30 mil en Instagram. La “nómada digital”, como ella misma se define, llegó a publicar libros como “Días de viaje”, “El síndrome de París”, y “Viajeras”, y gracias a sus ventas pudo continuar con nuevos recorridos.
“Siempre pienso que tengo dos facetas difíciles de conciliar, por un lado la que se muere por conocer todo, y por otro, la que quiere quedarse para siempre escribiendo en su estudio”, afirma la joven. Y asegura que por estar “moviéndose” tuvo que “dejar de lado muchos proyectos”. Por eso, después de una década de armar y desarmar valijas, decidió que era tiempo de parar. “En estos años le di prioridad a los viajes, porque es lo que soñaba, y ahora me pasa al revés, miro casas y sueño con vivir ahí”, explica.
Después de recorrer tantos destinos, Aniko decidió radicarse en Biarritz, una pequeña y sencilla ciudad costera al suroeste de Francia. Ahí conoció a quien hoy es su marido, desde hace ya un año y medio, y con quien planea armar su nuevo hogar.
“Tengo muchas ganas de tener mi biblioteca, mi espacio propio, y una de las condiciones que sí o sí haya un cuarto de huéspedes para poder recibir a toda mi familia y amigos”, cuenta Villalba. “Me imagino una vida dedicada a la escritura, donde estén separados los viajes del trabajo y poder tener una rutina normal como alguien que va a la oficina, pero que sería en mi casa”, explica.
“Me cansé de estar de un lado para el otro pero no me cansé de escribir sobre viajes, quiero frenar para recuperar las ganas y retomarlo cuando realmente quiera y no porque tenga que hacerlo”, concluye Villalba.